En el momento y el lugar adecuados

José M. Fernández PUNTO Y COMA

TORRE DE MARATHÓN

30 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Ha marcado 9 goles en 12 partidos o, matiza él mismo, 11 en 14, porque conviene no olvidar que en agosto disputó un par de duelos europeos con su anterior equipo, el PAOK. El primer tercio de la Liga lo ha señalado como uno de los jugadores de la competición, desde luego algo más que la referencia ofensiva de un Dépor que acaricia puestos europeos tras sufrir hasta la última jornada de la pasada campaña para mantener la categoría. Así que ¿por qué Lucas Pérez no puede reclamar una oportunidad en una selección huérfana de un delantero capaz de mezclar con el imperio de los bajitos?

Con Diego Costa inmerso en un estado de confusión que ha prolongado al Chelsea, ni Alcácer ni Morata parecen indiscutibles en una posición en la que el horizonte no presenta más alternativas que un milagroso reencuentro con el gol de Fernando Torres o Llorente, el recurso a veteranos con los que Del Bosque nunca han contado (Aduriz o Rubén Castro) o arietes en racha, pero sin una trayectoria fiable, como Javi Guerra o Agirretxe.

Ciertamente, Lucas Pérez está firmando unos números inéditos en su carrera, pero nunca hasta ahora había jugado tan en punta, como referencia ofensiva de un equipo. Con 27 años está en el mejor momento de su carrera, cómodamente asentado en el lugar en el quiso estar siempre, ha sido decisivo en la mayoría de los partidos que ha disputado el Dépor y su versatilidad le permite desenvolverse en cualquier posición del frente de ataque. El encuentro que cerró la temporada pasada en el Camp Nou sirvió para la presentación oficial de Lucas Pérez como falso delantero, un jugador con llegada y con la capacidad combinativa que exige el fútbol de la selección. Y lleva 9 goles en 12 partidos, como un delantero de verdad. Así que ¿por qué no podría reservarle Del Bosque una oportunidad?