¿Asunto zanjado?

José M. Fernández PUNTO Y COMA

TORRE DE MARATHÓN

26 nov 2015 . Actualizado a las 13:08 h.

Aveces rectificar a tiempo es buen negocio. También, o sobre todo, en el fútbol. Y eso es lo que ha hecho el entrenador del Deportivo con Luisinho. Ausente de las convocatoria durante casi dos meses, el lateral portugués recuperó el protagonismo precisamente en el duelo de más intensidad e importancia del primer tramo liguero. En una cita que precisaba carácter y fútbol, Luisinho expuso sobre el césped algunos de los motivos por los que a mediados de la campaña pasada llegó a un acuerdo con el club para ampliar un par de años su contrato. Si el lateral portugués era válido a mediados de diciembre del 2014 no había motivos para poner en duda que lo fuera solo ocho meses después. Un jugador al que el carácter, una de sus mejores virtudes, pudo haberle jugado alguna que otra mala pasada. Nada nuevo. Se equivocó Luisinho en su rifirrafe con Arribas y posiblemente erró el técnico en una apresurada apreciación, en la que puso en tela de juicio la continuidad del lateral y apeló a episodios desconocidos para señalar al jugador; no estuvo mejor el capitán al juzgar con excesiva ligereza a un compañero de vestuario en un comunicado nunca bien aclarado y que, a la vista de su vacilante respuesta pública de hace solo un par de días, le provoca una indisimulada incomodidad.

Si el tiempo acaba por curarlo todo, el incidente es un asunto zanjado, un borrón en una temporada en la que el Dépor necesita a Luisinho casi tanto como el lateral al club coruñés.

Un asunto del que todos deben extraer consecuencias. También Luisinho.