Todo pinta muy bien en este Deportivo. Ha demostrado ser un equipo extraordinariamente sólido que además crea numerosas oportunidades en cada encuentro. A juzgar por lo visto en el arranque de temporada, el conjunto blanquiazul debería llevar incluso algún punto más. Es muy importante empezar así la competición, porque es algo que genera confianza en el grupo y respeto en los adversarios.
Pese a todo, es ahora cuando se verá la verdadera medida del equipo. Por el momento, los rivales han sido más asequibles. Varios de los que tocan en las próximas jornadas aspiran a estar arriba a final de temporada pese a que en algún caso hayan tenido un comienzo irregular.
Quizá, una de los principales problemas que va a tener que afrontar el cuerpo técnico, y no solo Víctor Sánchez, es la amplitud de la plantilla confeccionada para esta campaña. Un equipo completo y de nivel, pero demasiado numeroso. Por experiencia sé que desde el punto de vista del futbolista no es una situación nada agradable. Sobre todo para aquellos jugadores que están entrenando al máximo y aún así saben que van a contar con muy pocos minutos este curso. Nunca me gustaron las plantillas largas porque pueden generar problemas.
A lo largo de mis temporadas en el Deportivo viví alguna vez la complicación que supone gestionar grupos incluso más amplios que el actual y a veces surgen complicaciones. En todo caso, ese es un reto que debe afrontar cualquier entrenador de Primera y que acaba por convertirse en una labor prioritaria, tanto para el míster como para sus ayudantes.
El hecho de que los más habituales del equipo estén dando muy buen nivel dificulta la rotación. Hay futbolistas que son conscientes de que tendrán poco protagonismo y es fundamental que estén motivados al máximo para cuando les toque intervenir. En cualquier caso, en esto también ayuda el contar con una dinámica tan positiva como la que está viviendo el Dépor en este comienzo de campeonato.