Muchas coincidencias unen a Víctor y a Sergio en mi memoria. Ambos convivieron juntos conmigo, jugaban por la parte derecha, un poco más arriba Víctor y Sergio más atrás, dos personas que quieren mucho al Dépor, fueron jugadores disciplinados. Se les podía atisbar que podían llegar a ser algo como entrenadores, porque eran atentos y cumplidores. Los dos al Deportivo le han dado bastante, antes juntos y hoy uno en un banquillo y el otro en el otro. Debo decir que siete de mis jugadores entrenan en Primera en este momento: Sergio y Víctor, pero también Nuno, Emery, Valverde, Mendilibar y Javi Gracia. Me siento orgulloso de todos, porque algo me han tenido que ver a mí. Dirían: «Si este lo hace, es que es fácil, o vamos a hacer todo lo contrario a lo que este hacía para que nos vaya bien». Es broma, evidentemente. Me siento feliz. En el caso de los dos que nos ocupan hoy a Sergio le dieron la oportunidad el año pasado y lo ha sabido aprovechar en un equipo que conoce muy bien. Y Víctor, lo mismo. En el partido de esta tarde, está claro que el Dépor me tira más, pero siento aprecio por Sergio y estaré muy pendiente de los dos.