Lucas Pérez: «No hay dinero que pague el cariño de la ciudad donde viviré el resto de mi vida»

Xurxo Fernández Fernández
Xurxo Fernández A CORUÑA / LA VOZ

TORRE DE MARATHÓN

CESAR QUIAN

Vuelve emocionado y con un nuevo rol: «El míster me habló de ser delantero y me pareció perfecto»

21 ago 2015 . Actualizado a las 13:55 h.

El curso del Dépor arranca mañana frente a una Real Sociedad que «ha hecho grandes incorporaciones y aspirará a estar en Europa». Será una campaña especial para Lucas Pérez (A Coruña, 1988), de regreso a perpetuidad; sin miedo al peso del cartel de nuevo hombre franquicia que le cuelgan el desembolso realizado por el club y el cariño manifestado por la hinchada. Toma asiento en la grada de Abegondo, sonríe, gesticula, se declara feliz: «Volver a casa sabiendo que te vas a quedar muchos años es importantísimo. Vuelves con la cabeza de otra manera, más tranquilo».

-Cuatro años, como Mosquera. Los contratos más largos. La base del nuevo Dépor será coruñesa.

-Lo hablaba ahora mismo con Pedro. Es bonito que estén uniendo tanta gente de aquí. Gente que representa a la ciudad además de al club por toda España. Y también por Europa cuando logremos volver. ¡Los equipos por los que tuve que pasar yo para acabar aquí! Todo me ha enriquecido, como persona y como jugador. Ahora valoro otras cosas, las valoro el doble. Valoro estar aquí con mi familia, con mis amigos, donde siempre he querido jugar. Vengo con una ilusión enorme.

-Hacía tiempo que un fichaje no despertaba tanta ilusión por aquí. ¿Cómo lleva esa atención?

-La confianza solo es de agradecer. No hay dinero que pueda pagar el cariño que he recibido en la ciudad en la que pienso vivir el resto de mi vida; en la que tendré a mi familia. ¿Cómo vas a comprar todo ese cariño? El otro día llegué a casa después de lo de Marineda (encuentro con aficionados), vi el vídeo y se me pusieron los pelos de punta. Nunca había vivido algo así, aunque la afición siempre me ha respaldado en los clubes en los que he estado. Hasta en el último partido en el PAOK, con la Tumba (ultras del conjunto de Salónica), pedían que me quedara. Yo entiendo a la gente y respeto su pasión; soy un aficionado más al fútbol. Ahora me toca devolverlo todo en forma de goles y victorias.

-El míster lo ve jugando de delantero ¿Le gusta la idea?

-En el Atlético y el Rayo jugué de delantero. A partir de Ucrania me han ido cambiando de posición y me he adaptado. Por la izquierda, la derecha... Sin problemas. Pero siempre he jugado minutos arriba y cuando el míster me habló de la opción de ser delantero me pareció perfecto.

-En la ruta recorrida hasta acabar en casa, el alto más escabroso fue el de Ucrania. ¿Qué ocurrió?

-Viví una situación insostenible. Fueron tres años de mentiras. Vi compañeros que estuvieron una temporada y media sin cobrar, otros que tenían a sus familias preocupadas por ellos, sin nada que les guardara las espaldas, que firmaban los contratos de aquella manera.... Yo creo que cuando dos hombres se miran a los ojos y se dan la mano, eso tiene más valor que cualquier firma. Así lo he hecho yo toda mi vida. Aquella gente me demostró la clase de personas que eran y el tiempo pondrá a cada uno en su lugar. A mí me ha puesto aquí, que es por lo que he luchado. En el Deportivo de La Coruña.

-Un compromiso de mirada y apretón de manos que también firmó aquí antes de ir a Grecia.

-Desde que acabó el último partido, cuando nos salvamos, la directiva y el cuerpo técnico me dijeron que confiaban en mí y que iban a hacer su mayor esfuerzo. Y así lo hicieron y yo les estoy muy agradecido. Y también al PAOK que nunca puso problemas, ni teniendo sobre la mesa ofertas más importantes. El presidente Savvidis es una persona muy importante en mi vida. El que me brindó la oportunidad de venir. Yo se lo dije: si el futuro me depara volver a Grecia, el PAOK es el único equipo al que volvería.

-Aquí ha cambiado la política de contrataciones ¿Era necesario más compromiso en los nuevos?

-El año pasado no faltó compromiso en ningún momento. En todos mis años de profesional no he conocido a un solo compañero que haya salido al campo a no ganar, o a no darlo todo. Lo sucedido fue un cúmulo de circunstancias que no puede valer ni de excusa ni de ejemplo. Los jugadores que estuvieron aquí eran todos buenos, y la prueba es que siguen en la élite. Esta temporada es muy ilusionante. Creo que hemos mejorado mucho, pero ahora hay que plasmarlo en el campo