Tras el incidente, Víctor pidió reflexión a sus jugadores y abogó por mantener la unidad del grupo como clave a la hora de afrontar con garantía la temporada
16 ago 2015 . Actualizado a las 17:32 h.«Tenemos que ser humildes». Fue el mensaje que transmitió Víctor a sus jugadores ya en el vestuario a los pocos minutos de producirse el enfrentamiento entre Arribas y Luisinho.
El entrenador explicó a la plantilla que, pese a lo desagradable del incidente, había que extraer el aspecto positivo y que el aprendizaje debía servir al grupo para salir fortalecido de la jornada de ayer y afrontar el futuro con mayor garantía. Recordó la charla mantenida días atrás en la que insistía a sus hombres en la importancia que él veía en mantener un grupo sano y unido y ayer volvió a incidir en este aspecto.
Víctor, que fue futbolista y vivió situaciones complicadas en diferentes vestuarios, les dijo a los jugadores que había que hablarlo todo a la cara, dentro del vestuario, y que entre todos tenían que reconducir la situación, pero siempre desde el prisma de la unidad y sin que nadie se creyera mejor o más importante que el resto. Que el grupo está por encima de las individualidades y que el secreto debe ser conseguir ser un equipo unido.
Su imagen salió fortalecida tras la charla de por la mañana. «Habló bien e hizo reflexionar», comentaba un integrante del vestuario tras la charla.
Del mismo modo, Víctor les explicó que lo sucedido tendrá consecuencias. Y en el club están dispuestos a adoptarlas.
Hace pocas semanas, el consejero Martín Pita anunciaba la creación de un reglamento de régimen interno, en el que entre otras situaciones, quedarían reflejados actos de indisciplina dentro o fuera del vestuario.
El lunes, el club podría abrir un expediente informativo y nombrar un juez instructor para que estudie el comportamiento mantenido por ambos futbolistas durante el partido de ayer por la mañana y adoptar alguna medida disciplinaria contra uno, los dos o, si así lo considera oportuno, ninguno de los implicados en la pelea.