Tuve la suerte de poder entrenar a Pedro en el Juvenil A de División de Honor que nos proclamamos campeones de España en León. Y digo que tuve la suerte, porque lo considero un privilegio. No solo por su nivel futbolístico, que en el Madrid hay mucho, sino por lo personal. Mantuvimos una muy buena relación, porque él siempre ha sido un chico muy humilde. Un número 10. Alguien muy capaz tanto para la vida como futbolísticamente hablando.
En lo que nos atañe, que es el deporte, hablamos de un centrocampista zurdo, muy talentoso y con extraordinaria calidad. Maneja todos los espacios del campo, pero lo más determinante de él es su capacidad de crear juego, dinamizar y hacer mejores a sus compañeros. Control de juego y último pase.
Además, con los años ha cogido consistencia en la faceta defensiva. Lo vi jugar la pasada temporada en el Elche y observé que a su excelencia técnica es capaz de añadir ese sacrificio y juego sin balón, con una gran capacidad de llenar campo, hacer coberturas y cerrar espacio en el terreno de juego.
Alejandro Menéndez fue entrenador de Pedro Mosquera en juveniles