Remeseiro, el asesino silencioso

Iván Antelo A CORUÑA / LA VOZ

TORRE DE MARATHÓN

CESAR QUIAN

Marcó dos goles clave para que el Fabril siga soñando con el ascenso a 2.ª B

02 jun 2015 . Actualizado a las 09:35 h.

Presumiblemente en su último año como jugador del filial, Marcos Remeseiro Conde (A Coruña, 21 de julio de 1992) ha destapado el tarro de las esencias. Desde el trabajo y la humildad, supo dar varios pasos atrás en diferentes momentos de su carrera para ahora brillar con luz propia, demostrando que la Tercera División se le queda pequeña.

El domingo, contra el Cultural de Durango, puso en pie Abegondo con un golazo de auténtico crac. A pesar de que el centro desde la banda derecha se le quedaba atrás, tuvo la habilidad para sacarse de la chistera un remate con la espuela que sorprendió al meta vasco, significando el 1-0 que ponía por delante al equipo en la eliminatoria. Un tanto al que además hay que sumarle el logrado en la ida, fruto de la fe y de la presión hasta forzar el error rival, y de la sangre fría para definir con sutileza.

Remeseiro es el segundo máximo goleador del filial deportivista, con 16 tantos (Cardoso tiene 17 y Dani Iglesias 13), siendo vital para un Manuel Mosquera que ya lo empleó en lo que va de año de mediocentro, mediapunta, interior y delantero. El jugador total que todos los entrenadores quisieran tener en sus equipos. Además, es uno de los jugadores que está demostrando tener la suficiente personalidad y carácter como para afrontar situaciones límites de presión.

Siempre humilde

Remeseiro, primo del jugador del Levante Jason, es uno de esos futbolistas de cocción lenta, que despuntan a partir de los 22 años. Una situación que ya vivieron en el Deportivo peloteros ahora profesionales como Álex Bergantiños, Carlos Pita o el racinguista Dani Rodríguez. «Futbolistas de trayectoria», como en su día definía Tito Ramallo en referencia a los anteriormente mencionados.

Marcos tuvo que marcharse a Ferrol para empezar a caminar en el fútbol sénior. Acabó su formación en el juvenil del Racing en una época en la que desde A Malata se apostaba por el fútbol base de A Coruña. Debutó y jugó 65 minutos con el primer equipo cuando contaba con 17 años; para luego retroceder hasta Preferente con el Galicia de Mugardos.

Pasó dos años en Cerceda (2011-2013), el primero de ellos con muy poco protagonismo, pero acabó convenciendo al entrenador de que era válido y podía despuntar en O Roxo. Firmó por el Deportivo en el verano del 2013 y supo trabajar en silencio en una pasada campaña en la que apenas jugaba, hasta que Devesa lo descubrió como falso nueve (acabó la Liga con 1.397 minutos y 9 goles). Confió en sus posibilidades. Y ahora todos creen en él.