El día que el Deportivo se puso a la altura de su hinchada

la voz

TORRE DE MARATHÓN

El Deportivo y su afición se abrazaron en un final de temporada épico y La Voz volvió a contarlo. Con el ejemplar de mañana el periódico regalará el póster de la permanencia, un desplegable fundamental para retratar el histórico empate del Camp Nou, que permitirá al club coruñés continuar en Primera División

29 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El póster, un desplegable de 50 por 70 centímetros, lo hará más fácil. Sus protagonistas son Lucas y Salomão, los goleadores de una tarde inolvidable. Su acierto y la solvencia de Fabricio hicieron realidad el anhelo de una afición que nunca había perdido la fe, que no se había rendido, pero que tras los dos goles iniciales del Barcelona veía esfumarse la salvación. La diana del coruñés, de chut por la escuadra, y la del luso, de disparo colocado tras el rechace de una falta, desbordaron la alegría e hicieron realidad el empate a dos, al tiempo que se desbordase la alegría de miles de seguidores. El Deportivo zanjaba su deuda con la afición. El camino mereció la pena, si el final era tan glorioso como este.

Imágenes

En el documento que La Voz regalará mañana se incluyen, además, los rostros de los protagonistas de un encuentro para la historia, los once titulares y los tres suplentes, el entrenador Víctor Sánchez y el resumen del partido en cinco imágenes. Son el pasillo inicial al brillante campeón liguero, uno de los dos goles de Messi, quien marcó en la primera parte y en el arranque de la segunda, el gol de Lucas, que hizo creer a un Dépor condenado, pero no sentenciado, el de Salomão, capaz de darle la razón a toda la hinchada. El póster se completa con las mejores fotografías de las celebraciones posteriores en A Coruña.

La Voz entregará mañana junto al periódico del día el póster de la permanencia. Un documento único que retrata el día en que el Deportivo se puso a la altura de su hinchada con una épica salvación tras empatar en el campo del campeón. Pasarán los años y muchos aficionados deportivistas seguirán presumiendo ante su familia y amigos: «Yo estuve allí». En el Camp Nou, con el corazón en la boca hasta el pitido final. En el bar, empujando en cada ataque por la televisión. En el aeropuerto, mientras se abrazaba al regreso de sus héroes. En Cuatro Caminos, cuando equipo y afición cantaban al unísono.