Después de la fiesta, reflexión

Alex Couto

TORRE DE MARATHÓN

25 may 2015 . Actualizado a las 14:36 h.

El Deportivo de La Coruña ha vivido un momento épico de su historia reciente el día en que Xavi decía adiós a su público en el coliseo blaugrana.

Es momento para la fiesta, para el suspiro de alivio y para disfrutar por haber evitado un castigo que podría poner en cuestión la pervivencia de una institución centenaria. Momento para agradecer los compromisos e implicaciones y recordar que fuera, en la ciudad, palpita como nunca un corazón que bombea sangre blanquiazul. Pocas ciudades pueden mostrar un nivel de vinculación tan profundo como La Coruña, pocos lugares con el sentimiento tan a flor de piel cuando su equipo sale a jugar al fútbol.

Pero tras la fiesta y el reconocimiento, se hará necesario ordenar la agenda y dedicar horas a realizar un muy necesario ejercicio de reflexión. Muchas preguntas por responder e incógnitas por despejar, justo cuando la dirección ha conseguido regularizar un modelo económico que se intuye va por el camino adecuado, al menos en los grandes trazos conocidos.

El fútbol es y será siempre la razón social del Deportivo y es a través de él que debe cimentar su proyecto futuro. Una vez sabido lo duro que es permanecer en primera con un programa tan escaso de contenidos y después de comprobar que organizar un equipo, una plantilla y una institución va más allá de buscar nombres que poner a los espacios a ocupar, se hace necesario definir, cuan empresa, los perfiles adecuados para los lugares oportunos. Se hace además, imprescindible, establecer los baremos a través de los cuales se va a evaluar la tarea a cada departamento, a cada responsable y qué criterios deportivos definirán la carta de presentación básica del Deportivo del futuro.

Esto pasa por reorganizar las bases para convertirlas en las fuerzas vivas del club, se hace perentorio definir el camino por el que los nuevos jóvenes deportivistas tendrán que transitar para alcanzar el objetivo de la profesionalidad. De ahí ha de salir parte del valor que determinará la importancia del club, tanto a nivel deportivo como social.

El futuro pasa por definir estilo, forma y fondo en el equipo profesional. Ser reconocible por cómo presenta su manera de entender el fútbol y ser capaz de crear tendencia para llevar al terreno de juego aquello por lo que la afición paga. Ser consciente de una historia que ha ido perfilando al Deportivo a través de la impronta de quienes antes vistieron su camiseta y recuperar los valores que hicieron del equipo un sello identificativo de Galicia. El Deportivo tiene mercado y margen de crecimiento deportivo que deberá traducirse en rendimiento económico futuro. Nunca una entidad deportiva tendrá que engarzar tan bien las piezas para maximizar el beneficio a través de las sinergias derivadas de la optimización de rendimientos en ambos campos, futbolístico y de gestión. El camino no es tan complejo, solo hace falta iniciarlo de la mano con quienes representen la mejor opción para dejarse todo el talento en pos de un objetivo común.