No hay partido imposible, pero...

Vicente Leirachá
Vicente Leirachá PUNTO DE MIRA

TORRE DE MARATHÓN

13 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El Valencia marcha en lugar destacado y es uno de los equipos que mayores dificultades plantea al Deportivo, que sufre lo indecible al vérselas frente a los valencianistas. El temor que despierta el rival no se debe a una sensación pasajera, ni tampoco es el rescoldo guardado en la cenizas del pasado. Es mucho más que eso y hoy se puede decir porque el partido es en Mestalla y, de jugar en Riazor no sería conveniente hablar de temores «porque reconocerlo es desmoralizar a los jugadores», diría alguien molesto por hablar de perder antes de jugar, algo que no tenemos por costumbre, puesto que «en el fútbol no hay partido imposible».

¿Por qué, entonces, confesamos ante el Valencia tanto temor? Por razones poderosas y una es su clasificación, en cuarto lugar, detrás del Barcelona, Real Madrid y Atlético. Otra de las razones -muy antigua, como la de Mazagatos- es que el Valencia estropeo la alegría de los coruñeses cuando, el 29 de octubre de 1944, se celebró el primer partido de la División de Honor en el estadio de Riazor. Diremos como curiosidad que en aquel encuentro el precio de la tribuna era de 30 pesetas; 18 preferencia y 12, la preferencia inferior; general, 8 pesetas y 5 las localidades para militares sin graduación y 3 pesetas las infantiles. La fiesta, esperada con ilusión por los coruñeses, la echó abajo el Valencia, vencedor por 3-2. El Deportivo de aquella tarde lo formaron: Acuña; Pedrito, Portugués; Molaza, Bienzobas, Caballero; Viso, Guimerans, Paquirri, Lezama y Marquínez. Los dos goles coruñeses los marcó Paquirri.

Hasta aquí, unos argumentos con los que se intenta justificar los temores por la suerte (?) del Deportivo en el partido de esta noche en Mestalla.