¿Quién se atrevería a decir hace tres días que, en la clasificación que apareció en la mañana de ayer, veríamos al Deportivo con igual número de puntos que el Celta y por delante del Athletic Bilbao y Getafe que venían apareciendo por delante, jornada tras jornada? Creo que ni el más furibundo seguidor deportivista diría que esto ya lo esperaba.
Esta era la realidad en la mañana de ayer, con esos equipos pendientes de jugar sus partidos de la jornada. Pero cierto también que el conjunto de Víctor Fernández, si no hubiese logrado esa importante victoria por 2-1 en Vallecas, no podríamos resaltar lo que antecede. De alguna manera, teníamos la esperanza de que los coruñeses no regresarían de Vallecas sin algún punto. Fueron tres, y la conquista me recordó algo que dijo Santiago Bernabéu, en 1955, cuando el Deportivo, con Rodrigo en el banquillo, ganó (1-2) al Real Madrid en el propio Bernabéu. El presidente madridista comentaría al final del encuentro: «Los equipos de provincias, cuando juegan aquí, se vacían peleando mucho más que en cualquiera de los otros partidos que juegan fuera».
Anteayer, en Vallecas, el Deportivo no se vació sino que el resultado favorable lo trabajó en fases de buen juego y terminó confirmando aquella esperanza que se desprendía del Punto de Mira publicado el mismo viernes, donde confesábamos que en el ambiente coruñés se esperaba una noche favorable, lo que se confirmó rebasando un empate que ya hubiese satisfecho a unos seguidores que no recordaban el último triunfo coruñés fuera de casa (0-1) en Éibar, que será el visitante en Riazor en la noche del próximo viernes. Esperemos que el éxito de Vallecas no haga perder al Deportivo el sentido de la realidad pues el riesgo continúa siendo grande. Hay que evitar la euforia.