Jorge gana «Masterchef» con un menú que transportó al jurado a las calles de Granada

C. Barbería REDACCIÓN / LA VOZ

TELEVISIÓN

El exfutbolista conquistó el paladar del prestigioso chef francés Joël Robuchon con una propuesta moruna, arriesgada y original

29 jun 2017 . Actualizado a las 14:45 h.

Jorge se ha convertido en el ganador de la quinta edición de Masterchef gracias a una propuesta de menú arriesgada, original y bien pensada en la que los sabores conductores conjugaban a la perfección. Con sus tres platos logró conquistar los paladares de Jordi Cruz, Pepe Rodríguez y Samantha Vallejo-Nágera, y también el del prestigioso chef francés Joël Robuchon, que ejerció de padrino de gala para la ocasión.

Para convertirse en el vencedor de Masterchef, Jorge eligió como entrante un gazpacho de chirimoya con sorbete de aguacate con el que consiguió un diez del jurado. Continuó con un cordero Al-Andalus con el que consiguió transportar al jurado a las calles de Granada gracias al sabor moruno y especiado y terminó con el beso de Jorge, el plato con menos brillo de los tres.

El camino hacia la final de Masterchef no fue sencillo para el exfutbolista, que necesitó ganarse su puesto destacando por encima de sus compañeros en una prueba de presión en la que tenían que imitar un plato del chef Paolo Casagrande y tratar de seguir sus pasos sin perderse. Y a pesar de olvidarse del fondo de pichón, el sabor y la presentación le sirvieron para imponerse a Nathan, Elena y Miri.

Su constancia, evolución y ganas a la hora de cocinar sirvieron a Jorge para ir avanzando en el transcurso del programa hasta llegar a la final y convertirse el el ganador de Masterchef por delante de Nathan y Edurne, que no consiguieron mantener el nivel en sus tres platos. Como vencedor de Masterchef, Jorge se llevó además de los 100.000 euros de premio y el trofeo que lo acredita como el mejor cocinero de la quinta edición del reality de cocina, la posibilidad de publicar su propio libro de recetas y un máster en cocina, técnica y producto del Basque Culinary Center.

Una final muy exigente y con muchas anécdotas

La final, muy seguida a través de las redes sociales, tuvo de todo en sus casi cuatro horas de emisión. En el desenlace de la temporada hubo emoción, tensión y más que una anécdota protagonizada por los concursantes o por el invitado de la noche, el chef francés Joël Robuchon.

Uno de los momentos más comentados tuvo lugar durante la primera prueba, en la que competían Jorge, Nathan, Miri y Elena. Edurne estaba exenta de cocinar al ser la única que tenía asegurada su plaza en el combate final.

La presión por tener que seguir paso a paso la receta que Paolo Casagrande les iba indicando puso en aprietos a alguno de los concursantes, como a Miri, quien no dudó en apropiarse de ingredientes de otros compañeros que le faltaban o, incluso, de alguna preparación realizada por otros. El community manager de Masterchef, muy activo y ocurrente durante la noche, no dejó pasar la ocasión:

Clasificado Jorge ya en esa prueba para la gran final, los otros tres aspirantes tuvieron que luchar por el último billete en otro durísimo reto, en el que debían realizar un menú elaborado por Jordi Cruz, que sería degustado por miembros de la Real Academia de Gastronomía. A Elena le pudo la presión y uno de sus platos salió más tarde de lo previsto. Aún así, los jueces quisieron reconocer la entrega que tanto ella como Miri pusieron durante toda la final.

El más alabado, a pesar de las críticas que a lo largo de la elaboración le realizó Jordi Cruz, fue Nathan, quien rompió la maldición que arrastraba la temporada y por la cual todos los que hacían el postre salían mal parados. El jefe de sala en el restaurante Mr. Kao de Barcelona resolvió el plato y consiguió la última plaza para el combate final.

Ya en esta última prueba, Edurne, a pesar de quedar finalmente como tercera clasificada, recibió halagos por su empuje, su trayectoria y por el menú realizado. El entrante, inspirado en un plato tradicional de Tolosa, fue felicitado por Joël Robuchon: «Es un plato que valoro mucho, muy identificable». Su elaboración principal, unas manitas de cordero, también cautivó al conocido como el chef del siglo. «Lo comería con mucho gusto y lo iría a degustar a su casa», llegó a decir despertando no pocos comentarios en las redes.

Éxito de audiencia de la final

La gran final de Masterchef, que llegó antes de lo previsto (TVE decidió cambiar por el día de emisión evitando así tener que programar la última entrega en el mes de julio), supuso el mejor dato de audiencia de la temporada. En la despedida el concurso logró un 25,9 % de cuota de pantalla, lo que se traduce en casi 3,4 millones de personas (3.388.000). El minuto de oro del último programa -que se alargó durante casi cuatro horas- fue a las 23.56 horas, cuando un total de 4.206.000 telespectadores estaban siguiendo la final. La cuota de pantalla en este momento se elevó hasta un 49,8 %.

Aún así, y a pesar de estos buenos resultados la final de Masterchef fue la segunda menos vista de las cinco temporadas. 

Una temporada cargada de polémicas

La final de la quinta edición de MasterChef ha sido una de las más polémicas del formato, que cada vez ha apostado más por el reality dejando menos espacio para la cocina. Esta temporada ha sufrido un bajón en los registros de audiencia, aunque siguen siendo buenos (la semifinal del pasado domingo logró un 20,6% de cuota de pantalla y 2.571.000 espectadores), aunque ha sufrido mucho el cambio del día (pasó del martes al domingo, donde se enfrentaba con el Debate de Supervivientes). Además a MasterChef que le han pesado demasiado las polémicas entre concursantes y, sobre todo, el descontento manifestado en las redes sociales por parte público, que no vio con buenos ojos algunas decisiones del jurado y criticó que se haya dejado a un lado la competición puramente culinaria en favor del espectáculo, una vertiente, en cualquier caso, ya vista en anteriores ediciones. El último conflicto, incluso, saltó este martes después de TVE publicase un vídeo promocional de la final con una escena que despertó las especulaciones del público por si desvelaba por error el nombre del ganador.

Masterchef estuvo casi todos los lunes en el punto de mira de sus seguidores, sobre todo, cuando se despidieron de los fogones algunos de los concursantes favoritos del público mientras continuaban en el programa aquellos que consideraban que tenían un mayor tirón mediático. 

La inesperada expulsión de Odkhuu, el diseñador de moda originario de Mongolia y uno de los favoritos desde el inicio, provocó que los usuarios fueran especialmente críticos.

La expulsión de Odkhuu llegó, además, precedida de la marcha, la semana anterior, de Laila, otra de las aspirantes más fuertes, que dijo adiós tras olvidarse del ingrediente principal, un error que los jueces no le perdonaron y que le supuso su eliminación.

Pese a lo indiscutible del fallo, muchos usuarios no quisieron pasar por alto en las redes lo que consideraron una «injusticia» al no valorarse toda su trayectoria. Además, tampoco olvidaron que la semana anterior el jurado sí había dejado que otra de las concursantes (Miri), tras un intento fallido en la elaboración de un bizcocho, obtuviese más ingredientes -algo, en cualquier caso, permitido-, ante la desaprobación de otros compañeros que criticaron el supuesto «trato de favor».

En la semifinal del pasado domingo llegó la despedida de Silene, una de las concursantes más criticadas. «Me está viniendo grande la experiencia», llegó a reconocer antes de su despedida.

Comentarios machistas e insultos

Uno de los más momentos que más comentarios suscitó en esta quinta edición de Masterchef fue el desafortunado comentario machista realizado por José Luis, un camionero metido a constructor en los peores tiempos de la crisis, y que no encontró mejor forma de defenderse de las críticas de Pepe Rodríguez a su propuesta de lomo de buey en lecho de patata que con una disculpa que enfureció a Samantha. «Sinceramente, no estoy pasando mis mejores días», reconoció el concursante. «Será que me va a bajar la regla, no sé», añadió. «Una vergüenza tu plato y una vergüenza lo que acabas de decir sobre las mujeres», le espetó la jueza.

Ya en las últimas entregas, en junio, muchos espectadores mostraron otra vez su perplejidad y disconformidad en las redes sociales tras pronunciar uno de los concursantes un insulto al que, además, el programa pareció no darle importancia. El destinatario del mismo fue Odkhuu, encargado de repartir cuatro cajas misteriosas que decidían quiénes serían capitanes en la prueba de grupos. Mientras el diseñador de moda repartía las cajas, desde la dirección del programa se intercalaron declaraciones de varios compañeros. Y esto fue lo que dijo Elena, policía nacional sevillana y una de las cinco aspirantes que hoy compite en la final: «La china se ha metido ahí y a saber la que está liando. Yo me imagino que nos está poniendo todos los ingredientes que a él le sale del piticlín. Hoy él se va a lucir».

La historia de amor

Uno de los episodios que más ríos de tinta ha hecho correr ha sido el tonteo entre dos de los concursantes que esta noche se baten en la gran final. Uno de ellos es Jorge, el apuesto exjugador de fútbol que también ha conquistado a los jueces con su trayectoria.

La otra protagonista es Miri, catalana de 23 años, una de las participantes que más juego ha dado en la presente edición. Su «química» con Jorge levantó no pocas suspicacias por si era uno de los ingredientes que la mantenían semana a semana dentro de las cocinas de Masterchef. Sobre ella pesaron acusaciones de favoritismo por parte del resto de concursantes. 

Lo cierto es que, como muchos seguidores critican, el programa convirtió el tonteo entre ambos en un recurso demasiado explotado. En uno de los últimos programas, en el que los familiares de los concursantes eran los que tenían que probar los menús realizados, la presentadora del concurso, Eva González, incluso, presentó a los padres de Jorge y Miri como «consuegros». 

Los peores platos

A pesar de que los tres miembros del jurado coincidieron en Santiago, donde se grabó una de las entregas, en que el nivel de esta quinta edición es muy alto, entre los menús realizados también hubo platos que pasarán a la historia del programa como de los peores, al igual que lo hizo en su momento el «león come gamba». Una manzana asada con espuma de gazpacho y huevo poché relleno fue elegido como el peor plato de la historia de Masterchef. 

Otra receta que también acaparó adjetivos, pero en negativo, fue una sopa de Nathan (otro de los finalistas), cuyo ingrediente principal eran nada menos que patas de gallina. Ni el aspecto ni el sabor agradaron al jurado, ni siquiera a Cayetana Guillén Cuervo, que era la invitada del día.

Santiago, protagonista

La quinta edición del programa también será recordada por su visita a Santiago de Compostela. Los concursantes tuvieron que cocinar un menú gallego en la propia plaza del Obradoiro.

Pero ni esta estampa tan celebrada se libró de las críticas. Muchos de los seguidores se hicieron eco en las redes sociales del lavado de cara que sufrió la catedral compostelana. El reality culinario emitió varias imágenes aéreas, y de archivo, de la basílica compostelana en las que la fachada del Obradoiro aparecía limpia, sin los andamios que desde el 2013 esconden la belleza del templo.

La polémica de los becarios

Hubo otra controversia que salpicó a Masterchef pero tan solo porque atañe a Jordi Cruz, el miembro del jurado más mediático, y porque saltó mientras se emitía la quinta edición del programa.  Todo se precipitó tras unas polémicas declaraciones de Jordi Cruz, en la que defendió que los estudiantes de cocina realizasen prácticas, o stages, en restaurantes de alta cocina sin cobrar.  Los stagiers que, en el argot culinario, son los aprendices de cocina que trabajan sin cobrar, suponen en muchos restaurantes Michelin entre el 50% y el 80% del total de los cocineros. 

La polémica saltó a Twitter y no hubo freno. De poco o nada sirvieron las explicaciones del chef, responsable del restaurante Àbac. Los tuiteros reprocharon a Jordi Cruz su «palacete de tres millones de euros», los precios de su restaurante o su trabajo en la televisión pública.