Isabel II, madre, esposa y reina en la serie de Netflix «The Crown»

b. p. l. REDACCIÓN / LA VOZ

TELEVISIÓN

Alex Bailey / Netflix

La gran producción de época de la plataforma de Internet se estrena el 4 de noviembre

19 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Madre, esposa y reina a su pesar. La serie The Crown (la corona), hasta ahora la producción más ambiciosa de la plataforma Netflix, se acerca a la figura de la reina Isabel II de Inglaterra para mostrarla a ella y a toda la familia Windsor sin el manto de armiño ni el oropel que los rodea, sino como seres humanos que son observados por la cámara en su esfera privada.

La primera temporada de la serie, que se estrena en todo el mundo el 4 de noviembre, «empieza con una princesa de 25 años que se enfrenta a la intimidante perspectiva de liderar una de las monarquías más famosas del mundo mientras forja una relación con un dominante primer ministro Winston Churchill endurecido por la guerra», señala Netflix en la presentación de esta producción, que cuenta con un documentado guion de Peter Morgan (The Queen y El desafío: Frost contra Nixon). La serie está basada en la obra teatral The Audience, en la que Helen Mirren escenificó sobre las tablas a su oscarizada reina cinematográfica.

El primer episodio, dirigido por Stephen Daldry (tres veces candidato al Óscar por Billy Elliot, Las horas y El lector), arranca con la impactante escena de un rey Jorge VI que se descubre enfermo en la víspera de la boda de su hija con Felipe Mountbatten, duque de Edimburgo. Las tramas no rehúyen las tensiones que se viven dentro de la pareja real, aunque desde una aproximación que quiere ser más rigurosa e histórica que propia de la prensa sensacionalista británica. De hecho, aseguran sus responsables que la familia real británica está muy al tanto del desarrollo de esta serie de diez episodios que Netflix ha desarrollado desde la conciencia del éxito que tienen en Estados Unidos los dramas británicos de época como Downton Abbey.

The Crown no se limita a mirar con lupa todo lo que ocurrió a finales de los cuarenta en los interiores de Buckingham, sino que habla también de la relación entre el palacio y el 10 de Downing Street, ocupado por Churchill.

El papel de la joven reina Isabel está interpretado por la actriz Claire Foy; el de su marido corresponde a Matt Smith, que encarnó al Doctor Who, y el de Churchill, a John Lightgow.

Este biopic que entronca con las raíces más profundas del Gotha europeo es una de las grandes apuestas de Netflix para esta temporada, con un presupuesto de más de 100 millones de euros. Buena parte de ellos están dedicados a la recreación del vestuario, con más de trescientos trajes principales, además de los dos o tres cambios de ropa que tenían los 700 extras de la serie.

En la reproducción del vestido de boda se invirtió probablemente más dinero que el que gastó la propia reina en el original, pagado en parte con cupones de racionamiento que la propia Isabel II había ahorrado. El de la serie fue bordado a mano durante seis semanas por equipos de seis personas, mientras que el traje de la coronación fue tomado de una exposición previa de Swarosky. Gran parte de los trajes son réplicas exactas de los originales.

Para la ambientación también se buscaron alternativas a los escenarios auténticos. La boda real, que protagoniza el arranque del primer episodio, no se filmó en la original catedral de Westminster, sino en la catedral de Ely.