Chicho volvió a la televisión

Sandra Faginas Souto
Sandra Faginas MIRA Y VERÁS

TELEVISIÓN

01 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Hay que reconocerle a Buenafuente el acierto de sorprendernos siempre, también con su nuevo programa, Late Motiv, donde ha conseguido rendir homenaje a grandes de la televisión. Lo hizo hace unos meses con Pepe Navarro y esta última semana con el genial Chicho Ibáñez Serrador. Al gran maestro lo sentó junto al director de moda, J. A. Bayona, discípulo confeso, como toda una generación de realizadores aleccionados en aquellas historias de terror que Chicho filmó en cine o televisión: ¿Quién puede matar a un niño?, La residencia o Historias para no dormir? Chicho daba entonces tanto miedo cuando salía en pantalla que los niños corríamos a cubrirnos la cabeza con la sábana. Tal vez por eso se reinventó después en el rey del otro entretenimiento, jugando a nuestro favor: el de hacernos reír con su inigualable Un, dos, tres. Aunque hubo tantos programas más que su ingenio sí da realmente miedo (Hablemos de sexo, El semáforo, Waku, Waku?). «¿Qué prefieres, hacer sufrir al público o que se parta de risa?», le preguntó Buenafuente. Y Chicho enmudeció en la duda: «Lo importante de un programa es que atraiga, que cuente algo, inteligente o menos. Nada más». Y se despidió con un consejo para los creativos de la tele que sonó a petición: «Que traten de traducir para el gran público lo que ellos sienten. Si no hay sentimiento no hay creación». Un sabio. Chicho.