«Volando Voy»: Los personajes más singulares de la costa de Ortegal, con Calleja

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Un herrero hippie, el viejo lobo de mar, un percebeiro, un geólogo y una bisabuela, fueron los protagonistas del programa grabado en Galicia

12 oct 2015 . Actualizado a las 16:32 h.

¿Qué hacen un herrero-percebeiro hippy, un viejo lobo de mar, un geólogo, un percebeiro, varios fareros y una bisabuela juntos? Pues participar en Volando Voy, el programa de Jesús Calleja que cerró su temporada en tierras gallegas, mostrando a España y al mundo la belleza y singularidad de la costa de Ortegal.

Todos estos personajes, que la audiencia fue conociendo en pequeñas píldoras, se reunieron al final del programa para participar en un simulacro de Salvamento Marítimo en el que cada uno tenía una misión muy importante que cumplir. Y vaya si lo hicieron. Un hombre al agua, el Don Inda, varios ingenieros y el varipinto grupo que reunió el aventurero leonés protagonizaron el ejercicio de salvamento más raro del mundo, pero que terminó con éxito.

Loli, la bisabuela de Cariño

Loli, esta simpática jubilada de Cariño estaba tomando unos vinos con unas amigas y acabó a bordo del helicópetero con Jesús Calleja. Muy emocionada, le iba mostrando los nombres y las zonas más conocidas de la zona y le hizo de guía de los parajes más bellos de la zona. «Vaya tierriña más guapa que tenéis», le dijo Calleja, mientras Loli confesó, «ya me puedo morir tranquila» tras el viaje.

Fran Canosa, el geólogo

En el banco más bonito del mundo, en los acantilados de Loiba, se citó con Fran Canosa, que realizó una pequeña explicación de la formación geológica de la zona y también acabó emocionado volando con Calleja, a quien le reconoció que, le gusta tanto la zona, que de pequeño, en uno de sus cumpleaños, le pidió a su padre como único regalo que le llevase allí en coche para pasar el día. Debieron hacer buenas migas, ya que el presentador leonés se despidió con un «Tú serás mi amigo para siempre». Todo ello pese a la confusa explicación sobre las rocas de la zona que pareció poco clara para el propio presentador.

Jorge, el percebeiro

De la mano de Jorge, Jesús Calleja se convirtió en Volando voy en percebeiro por un día. Este joven percebeiro de Cedeira lo convenció para que se enfundase el neopreno para capturar algo de marisco juntos. El aventurero de Cuatro quedó sorprendido de la peligrosidad de su profesión, ya que en un día con el mar en calma se llevó algún pequeño susto mientras rascaba entre las rocas y recogía «los mejores percebes del mundo». Sergio, que aseguró que no cambiaría su trabajo por ningún otro a pesar del riesgo, se convirtió en el «hombre al agua» del rescate en torno al cual se vertebró el programa.

Serxio, herrero, showman y percebeiro

Serxio es herrero, percebeiro showman. Lo de cantar, dice le viene de familia. Calleja acudió a su taller para pedirle unos ganchos y allí compartió una sidra con él, le cantó una canción erótica y hasta conoció a su hija, con un particular estilo de vestir que ella misma definió como «un estilo propio, entre choni y algo raro».

El lobo de mar

Después llegó el turno de Pizano, un marinero jubilado de Espasante que ahora vive en Madrid se enamoró de la ex mujer de Coto Matamoros. «Tengo un poco de miedo, que está muy cachas», reconoció ante Calleja. El aventurero leonés se trasladó después a Estaca de Bares, para conocer a Eugenio, Fran y Manuel, los fareros. Calleja revolucionó la comarca de Ortegal en unos días de rodaje que los vecinos tardarán en olvidar.

Una cosa exagerada de guapa

«Cuando lo veáis desde el aire, cómo lo hemos grabado, la tecnología que hemos empleado, con los drones que hemos trabajado, además hicimos una misión de salvamento marítimo real... os va a impresionar. Además, hemos grabado imágenes de unas playas, unas bahías... que parecen el trópico. Galicia es una cosa exagerada de guapa». Así de entusiasmado avanzaba el aventurero Jesús Calleja en una entrevista en La Voz el resultado de su rodaje en Ferrolterra y Ortegal para su programa Volando Voy, que emitió la cadenaCuatro este sábado.

El leonés visitó a ojo de pájaro varios enclaves de la comarca en junio a bordo del helicóptero Robinson R4. Cabo Ortegal, el reclamo.