La hermana Flor, la monja carismática que triunfa en el «MasterChef» mexicano

EFE

TELEVISIÓN

EFE

Acostumbrada a dividir el día entre plegarias y a preparar un menú para 150 personas, Flor no había visto nunca el programa en el que compiten cocineros aficionados

03 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La hermana Flor es puro carisma y sazón, dos ingredientes que le han servido para encandilar a los jueces y a la audiencia de MasterChef México, al que se presentó para sufragar las deudas de su austera hermandad. «Decidí entrar en MasterChef junto con un padre, que me inscribió. Lo hice para ayudar a mi congregación en su misión y en otros (asuntos) pendientes» como el adeudo acumulado en la construcción de una escuela, explica la monja Florinda Ruiz, de 68 años, desde el Seminario Palafoxiano del estado de Puebla.

Acostumbrada a dividir el día entre plegarias y a preparar un menú para 150 personas, Flor no había visto nunca el programa en el que compiten cocineros aficionados y que celebra su primera edición en México. Pero no perdió la tranquilidad y ahora se encuentra entre los cinco finalistas. «No he sentido mucha presión por las cámaras, sino por el tiempo que nos dan para cocinar, el miedo de que no quede bien», afirma.