«Pekín Express»: Los escotes de las concursantes canarias y el pis de Cristina Pedroche

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La primera etapa de esta nueva edición del concurso conducido por la vallecana ya ha dejado un par de joyas para la historia

26 may 2015 . Actualizado a las 11:15 h.

«Vamos a utilizar nuestras armas de mujer para parar los coches, por supuesto», o «dos tetas tiran más que dos carretas». Son algunos de los comentarios a cámara de la pareja que ha dado más que hablar en el primer programa de Pekín Express. María del Amor y Yareli son dos explosivas canarias que se han convertido en las primeras ovejas negras del concurso presentado por Cristina Pedroche.

Abandonadas a su suerte en Birmania, sin un mapa y con un presupuesto de un euro diario, ocho parejas de concursantes buscan sobrevivir en concurso alcanzando en el menor tiempo posible un punto fijado por la dirección. Para ello, la táctica más recurrida por los concursantes es el autostop, (pocas cosas más baratas y rápidas). De este modo, intentan persuadir a los conductores locales para que les permiten subirse a sus vehículos y que les acerquen hasta el lugar más cercano al destino. Y para la persuasión, pocas cosas más viejas que un buen escote. Sin rodeos, María del Amor y Yareli, cada vez que negocian con un varón al volante, no dudan en ensalzar cierta zona de sus «trabajados» cuerpos. Esta táctica puede que no acabe de convencer a sus compañeros, quienes en asamblea ya las han designado como las ovejas negras, por lo que tendrán que acarrear con una pequeña penalización. Un padre y un hijo leoneses se convirtieron en los vencedores de una etapa de debut en la que Culi y Nene fueron los expulsados.

Una de las novedades de esta quinta edición vino de parte de la presentadora. La vallecana Cristina Pedroche debuta conduciendo este reality de aventuras, en el pasado llevado por Jesús Vázquez, Paula Vázquez o Raquel Sánchez Silva. La vallecana pasó algo de miedo con la irrupción de unos monos de hocico chato, muy populares en el norte de Birmania, mientras grababa una entradilla, llegando a reconocer que se le había escapado «un poquitito de pis». El lunes que viene, más.