El buen oficio de «Serramoura»

Olalla Sánchez Pintos
Olalla Sánchez MOITO CONTO

TELEVISIÓN

16 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

No lo tenía sencillo para conseguir adeptos al emitirse en una de las noches más disputadas. Pero Serramoura, el thriller rural ambientado en el mundo de la madera y del que anoche se emitió el penúltimo capítulo, ha demostrado su fortaleza en Galicia con un público muy fiel. De impecable factura técnica y experimentado elenco, uno de sus aciertos ha sido el de no dar tregua al espectador con un guion trepidante lleno de giros inesperados y consecutivas tramas, diferentes pero ligadas. La ficción no estiró de forma innecesaria los casos pero tampoco concluyó temporada tras la resolución del primer asesinato, una alternativa atrayente que le permitió redondear el rompecabezas y ofrecer un retrato más completo de cada protagonista, con sus secretos o miserias.

De forma sutil, el exitoso producto ha demostrado que cualquier personaje puede ser culpable sin tener que recurrir al forzado exceso de presentar a todos como demasiado sospechosos, un demérito de otras series (Bajo sospecha). Es posible que su mayor logro sea el de haber acercado el público gallego al estratégico sector forestal, recreado con un gran poderío visual, y el de lograr que se identifique con una villa reconocible (bajo el lógico encuadre dramático), con luchas de poder e intensos virajes emocionales.