Cien capítulos del mayor lío vecinal

nacho blanco REDACCIÓN / LA VOZ

TELEVISIÓN

«La que se avecina» celebra hoy su centenario con un especial en el que los habitantes de Montepinar se ven atrapados en una peligrosa trama

24 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Las rocambolescas aventuras de los inquietos vecinos de la urbanización Mirador de Montepinar, que emite Telecinco, llegan a su capítulo número 100. Un centenario que estará marcado por una entrega especial hoy. Esta serie de ficción lleva nada menos que ocho temporadas, desde su estreno allá por el año 2007, con unos números de audiencia altísimos y un público eminentemente fiel.

El humor continuo, a modo de gags, y la identificación con los personajes a través de historias hilarantes y surrealistas, aunque cargadas de cierta verdad social, son las claves para que La que se avecina se haya aferrado al selecto podio de las series más longevas y afamadas de la televisión en España. La comedia acumula según los últimos datos de seguimiento una media del 23 % del share.

A las peripecias de los vecinos de Montepinar hay que añadir que las redes sociales e Internet se hacen eco de lo que acontece en esa ficticia urbanización española. Más de dos millones de fans en Facebook siguen La que se avecina, pero también en Twitter los personajes de la serie y las absurdas situaciones son de lo más comentado.

Para celebrar el siglo de programación, Telecinco ha querido darle un empaque especial al capítulo de hoy. Si cualquier entrega de La que se avecina se caracteriza por el enredo sinfín, el capítulo 100 será el desmadre. Todos los propietarios y residentes de Montepinar quedan atrapados en una trama que cambiará irremediablemente sus vidas. Una sucesión de desastres se ciernen sobre el edificio y sus ocupantes. Como no podía ser menos, la Agencia Tributaria sigue desde hace tiempo el escamoso rastro del pescadero Antonio Recio y cerca al empresario. Mientras tanto, Maite y Amador están a punto de perder definitivamente a sus hijos.

Pero hay para todos. La relación entre Judith y Rebeca se tambalea. Las nubes negras se ciernen sobre la comunidad y el optimismo de sus vecinos desaparece. Si no que se lo digan a Vicente, que cansado una vez más de su vida realiza una nueva intentona de suicidio. Cuando ya todo parece que está perdido y que las relaciones personales entre los habitantes de Montepinar están muertas, algo ocurre que le dará la vuelta a la tortilla. Y las risas, cómo no, regresarán.