Francisco Vázquez afirma que Rouco Varela «es un hombre decente y moderado»

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Jordi Évole dedicó «Salvados» a analizar cómo se rompe en España la aconfesionalidad del Estado

23 dic 2013 . Actualizado a las 17:32 h.

El exalcalde de A Coruña, Francisco Vázquez, ocupó parte del espacio dirigido por Jordi Évole en su programa dedicado a la situación de la Iglesia Católica en España. El exembajador de España en el Vaticano relató su experiencia próxima a la Santa Sede y afirmó «En el Vaticano me decían: No se olvide que usted es católico», y por el otro lado, cuando llegaba a Madrid le decían «no te olvides que eres socialista y eres embajador del Gobierno. Estaba en un terreno difícil».

Jordi Évole mostró, durante la entrevista, a Francisco Vázquez unas imágenes de Rubalcaba en las que afirmaba que el Gobierno debería denunciar el concordato con la Santa Sede y asegurando que cuando el PSOE llegase al Gobierno lo harían. El exalcalde de A Coruña no tuvo ningún reparo en invitar a una cena al «follonero», cuando el PSOE lograse la mayoría absoluta porque está seguro que el PSOE no derogaría ningún acuerdo con la Iglesia. «Es difícil encontrar un ejercicio tan enorme de demagogia y de falsedad», aseguró Vázquez tras ver las declaraciones de Rubalcaba.

Francisco Vázquez se mostró convencido del importante papel de la Iglesia en España y no dudó en afirmar que «la historia de España está muy vinculada a la religión» y prosiguió «yo en mis tomas de posesión besé un crucifijo y me encomendé a Dios», para apostillar a Jordi Évole de «cogérsela con papel de fumar y buscar trascendencia donde no la hay», cuando le achacó la existencia de más de cinco crucifijos presidiendo uno de los salones del ayuntamiento coruñés.

Francisco Vázquez se mostró tajante sobre la eliminación de los símbolos religiosos en las instituciones públicas dada la realidad confesional de España, «si eliminamos los símbolos religiosos, deberíamos borrar toda nuestra historia», para concluir valorando a Rouco Varela, presidente de la Conferencia Episcopal, y decir de él que «es un hombre moderado y decente», sobre todo si se compara con García Gasco. Finaliza afirmando que la cuestión religiosa «no existe en nuestro país».