Un arquitecto lucense usa Internet para localizar anfiteatros romanos

E. V. Pita VIGO

TELEVISIÓN

El experto dice haber descubierto con la «arqueografía» un circo de gladiadores en Astorga Los arqueólogos leoneses anuncian un estudio de campo para evaluar el hallazgo

19 sep 2006 . Actualizado a las 07:00 h.

El arquitecto lucense Carlos Sánchez-Montaña ha aplicado las nuevas herramientas de Internet para localizar un supuesto anfiteatro romano en Astúrica Augusta (la actual Astorga). Sus sorprendentes resultados han llevado a la directora del museo romano de Astorga, María Ángeles Sevillano, a barajar la posibilidad de realizar un estudio de campo profesional en el lugar que ha señalado el arquitecto. Éste colgó en la página web asturica.es las imágenes de sus investigaciones, en donde se aprecian imágenes aéreas de unas ruinas de piedra semicirculares parecidas a una grada. El descubrimiento cogió por sorpresa a los arqueólogos, pues no tenían referencias escritas de tal monumento ni hay constancia de un recinto similar en el noroeste peninsular. Aunque el escritor latino Plinio el Viejo describió a Astorga como «ciudad magnífica». La teoría lanzada por Sánchez-Montaña es fruto de un innovador método que denomina arqueografía. Hace unos años, lo empleó para localizar el supuesto anfiteatro de Lucus Augusti en el barrio del Carmen de Lugo. Otro arquitecto vigués, Marcos Vila, lo ha usado para situar las vías romanas y campamentos que cruzaban Gallaecia. Vilas concluyó que la catedral de Santiago se edificó en el cruce de varias calzadas. La arqueografía se basa en el uso de cartografía antigua, fotos aéreas, mapas de yacimientos arqueológicos y los caminos «que permanecen en el territorio con más fuerza que una calle o un edificio». Si se analiza todo en conjunto «se hallan resultados muy interesantes», dice Sánchez-Montaña. Método Todo el material cartográfico y fotográfico se digitaliza y luego, a través de un programa de diseño gráfico como el Autocad, los arquitectos identifican las pautas geométricas del antiguo proyecto que hizo posible la ciudad. «Es un trazado geométrico que está oculto y que no se pueden encontrar en ningún mapa. Hay que seguir la pista de las proporciones pitagóricas y las bases del teórico Vitrubio. La clave es sencilla: en la arquitectura romana, las dimensiones de una plaza o una avenida siempre eran exactas». Sánchez-Montaña define la arqueografía como levantar capas al revés; partir del resultado final y hallar el proyecto que lo originó». El arquitecto volvió a aplicar su método tras recibir, hace dos años, un e-mail de un ingeniero que le revelaba que en Astorga existía un anfiteatro pero sin dar más pistas. Intrigado, Sánchez-Montaña buscó en Internet mapas antiguos y vistas áreas de los barrios de Astorga. Este verano localizó un descampado cerca de la Nacional-VI y el Camino de Santiago que mostraba un terraplén semicircular y un foso de arena, cubierto de vegetación. El arquitecto viajó hasta Astorga y visitó el lugar candidato: «Me quedé sin aliento». Allí había restos de muros.