Rosa, un torrente de voz de lágrima fácil

La Voz

TELEVISIÓN

MARINO RAMOS PERFIL La granadina es una de las favoritas del programa

09 ene 2002 . Actualizado a las 06:00 h.

osa es un vozarrón pegado a un pañuelo. Ingenua y tímida, todavía no ha sabido sobreponerse al cambio que en su vida ha supuesto la enorme fama adquirida por Operación triunfo. Es natural, dice ella, pero con la misma aparente naturalidad se echa a llorar cuando la eligen como la concursante más popular o cuando se equivoca en la interpretación de una canción, como ocurrió en la última gala. Ni el presentador del programa, Carlos Lozano, ni sus compañeras Verónica y Chenoa pudieron consolarla con sus acurrumacos y palabras de ánimo. Rosa, en el fondo, es un espíritu sin domeñar, lo mismo que su voz, más imponente aún que su físico. Es tal cual, un estado de ánimo oscilante de la alegría a la depresión que ha explotado a los ojos de millones de espectadores. Con apenas 20 años, la granadina admite que nunca hasta que le llegó la oportunidad de la Academia había abandonado su ciudad, y menos aún el calor familiar proporcionado por sus padres y sus dos hermanos, más orondos aún que ella. De profesión ama de casa, Rosa plantó los estudios en ESO para dedicarse a atender a los suyos. Refugiada en el hogar, confiesa que nunca tuvo tiempo para compartir con un novio, pese a que los excesos de los kilos en su figura no ocultan un atractivo rostro. «Soy virgen», reconoció ruborizada en uno de los momentos del programa. Tenía, eso sí, otras ocupaciones, como bailar salsa, una de sus grandes pasiones, o perfeccionar su chorro de garganta con clases de cante y piano. Con este currículum se presentó en Operación triunfo. Con esto y con un sobrepeso añadido que tuvo en jaque a los dietistas de la Academia, que la dedicaron una atención preferente que le ha permitido rebajar más de veinte kilos. A medida que se sentía más ágil también fue ganando seguridad y su voz, que cautivó desde un primer momento a los espectadores y al jurado, fue adquiriendo nuevos tonos y adaptándose a las canciones que cada semana le toca interpretar. Pero quizás como más suelta se siente es exprimiendo al máximo su potencia vocal en un desgarrado blues o en un apasionado soul. No en vano, es su música favorita, aunque no sea muy comercial. Éxito garantizado Rosa, más suelta ahora, pese a su desbordada tendencia a la lágrima fácil, sigue siendo una de las grandes favoritas del público. David Bisbal, el almeriense de los ricitos de oro, es su gran rival, sobre todo después de que el pasado lunes volviera a desbancarla por segunda vez de las preferencias de la audiencia. Sea o no la elegida finalmente como ganadora del concurso, su carrera discográfica está garantizada. Deberá acostumbrarse a dejar más de la cuenta su Granada natal y, sobre todo, tendrá dinero para practicar una de sus aficiones favoritos: perderse en los buenos restaurantes.