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Twitter se está planteando eliminar el botón de «Me gusta»

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El fundador de la red social, Jack Dorsey, preocupado por la «calidad» del debate en la plataforma, se confesó poco entusiasta del botón la semana pasada y avanzó que se desharía pronto de él

29 oct 2018 . Actualizado a las 23:18 h.

A los cerebros de Twitter les quita el sueño los niveles de crispación que por momentos alcanza la disputa en su plataforma, lo agitados que están los ánimos, la mecha corta. Y no les falta razón: hay de todo en la red social, mucho de coloquio de listos e indignados, de ponentes maleducados e irritables de finísima piel. Antes resultaba fácil ausentarse cuando el ambiente se ponía bravo: con controlar a los perfiles seguidos era más que suficiente. El usuario sabía y asumía a quién «escuchaba» (leía) y, como mucho, tenía que tragarse algunos retuiteos -a veces incómodos, pero tolerados- que colaban a terceros intrusos en su timeline. El problema, desde hace un tiempo, es que ahora Twitter también muestra en la cronología lo que le «gusta» a aquellos a los que seguimos: el muro está lleno de gente y de comentarios que le gustan a otros y que quizá a nosotros también -así lo intuye la compañía y por eso lo enseña-, pero quizá no, quizá nos importen un pepino y, lo que es peor, quizá sean mensajes ofensivos, irrespetuosos, humillantes o directamente en las antípodas de los que nos apetece encontrarnos. Y ahí están, amplificados por el algoritmo de la red social, llegando a miles de personas solo porque «gustan».

Jack Dorsey, fundador y CEO de Twitter, lleva un tiempo mostrándose intranquilo por la salud del debate tuitero. Su herramienta no solo se desangra en cuanto a usuarios; los que se quedan están muy enfadados, la conversación cada vez es menos sana. La semana pasada dio un paso más, y confesó que paradójicamente le gustaba muy poco el botón de «Me gusta», una opción algo atrangatada para la red social que ya había sido reformulada anteriormente, cuando en el 2015 pasó de estrella (favorito) a corazón. De momento, no hay confirmación oficial de su extinción, pero The Telegraph revela que Dorsey admitió ante sus empleados que se desharía «pronto» del controvertido botón

A día de hoy, el usuario no puede hacer nada para que Twitter no muestre los tuits que le «gustan» a terceros; no hay opción de ocultar estas simpatías. El problema es, como decíamos, que el alcance se amplía también cuando se marca con el corazón un mensaje grosero y denigrante: que el odio se propaga aún más, que el acoso que pueda sufrir alguien en la red (un individuo o un colectivo) se extiende, que la naturaleza del «me gusta» ha acabado desvirtualizándose

Hay otra pega: como apunta la citada publicación, los «me gusta» -no solo en Twitter, también en Facebook y en Instagram- tienen un importante impacto psicológico que puede llegar a ser peligroso en algunos usuarios, internautas que convierten este botón y su cuantificación en una manera de medir su impacto, su aceptación y su relevancia social.

Leer más tarde

Parte grande de la comunidad tuitera se quedará triste si finalmente Dorsey decide cargarse el corazón que acompaña a las flechitas del retuiteo bajo cada mensaje, pero más que por su función original por una competencia adquirida con el tiempo y con el uso, la de servir como marcador: no son pocos los que señalan con el like tuits que quieren guardarse para leer más tarde; así los tienen localizados en su lista de «Me gusta» y pueden volver a ellos en otro momento. Hace unos meses, Twitter implementó una nueva opción precisamente para suplir esta práctica, pero algunos todavía desconocen su existencia: solamente puede ejecutarse desde la aplicación móvil, desde el escritorio aún no, y está situada justo a la derecha del botón del pequeño corazón.

Con forma de caja con una flecha hacia arriba, este icono permite hacer tres cosas: enviar un mensaje directo al usuario que publica el tuit, compartir el tuit (enviarlo por WhatsApp o por correo electrónico, por ejemplo) y agregar tuit a «Elementos guardados». Al seleccionar esta última opción, se almacena directamente en una carpeta a la que se puede acceder pulsando sobre la foto (o el avatar) de perfil del usuario. En el menú se despliega entonces el acceso al muro personal (perfil), a las listas y a los momentos. También a los tuits guardados a los que nadie, excepto el dueño de esa cuenta, tiene acceso.