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Mandar a Trillo a Perejil

César Rodríguez Pérez
César Rodríguez JUEGO DE TRONOS

OCIO@

13 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Busquen el vídeo en YouTube. Lo escucharán narrando la reconquista de un peñasco como si fuera la batalla más épica de El señor de los anillos. Busquen otra vez en Internet y echen, manda huevos y viva Honduras, un vistazo a su historial de polémicas. Es esplendoroso. Como aquellas playas gallegas petroleadas por el Prestige que tan bien veía cuando era ministro de Medio Ambiente de Aznar. 

Fíjense un poco más, con el colmillo retorcido, y comprueben que es un pata negra del PP, figura clave en el desarme de la Gürtel y otros entuertos de gran calado para Génova. Entonces, y solo entonces, podrán valorar la importancia de la renuncia de Federico Trillo, muy celebrada ayer en las redes sociales, desencadenada por la «traición» de otros diplomáticos e inevitable tras la resurrección del escándalo de aquel desastre llamado caso Yak-42.

Ha caído. Pero no porque «tocara», como sugirió el Gobierno. Tampoco porque aquella chapuza con 75 muertos estuviera «sustanciada», como dijo Rajoy. Sino por 10 días de escándalo desatado por un durísimo informe del Consejo de Estado que preside otro histórico dirigente del PP, el gallego Romay. Aquel documento tenía un pero, no incluyó el presupuesto de mandar a Trillo, tal vez al alba y quizá con tiempo duro de Levante, virtualmente a Perejil.