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«Domocracia», la revolución transparente a la caza del hogar

Michael McLoughlin MADRID / COLPISA

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Google y Amazon luchan por la electrónica doméstica a la espera de que Apple, inventora de Siri, mueva ficha

25 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Google tiene alma de pulpo. Sus tentáculos se extienden desde los ordenadores, pasando por móviles, drones, coches autónomos y hasta un extraño proyecto que pretende crear un método anticonceptivo para los mosquitos responsables de la propagación del zika. Sin embargo, el núcleo de su negocio es la publicidad personalizada y segmentada. Para ello lo que necesita es conocer al milímetro a los usuarios, desde gustos hasta preocupaciones y horarios. Esa, la de diseccionar los hábitos de millones de personas, fue la razón que motivó la compra de Nest y la que ahora también justifica uno de sus últimos lanzamientos. Oculto por el relumbrón de su nueva gama de teléfonos, los Pixel, ha aterrizado Google Home. A simple vista parecería un simple altavoz bluetooth de los que en los últimos años se han convertido en uno de los regalos estrella. Pero en el interior guarda un complejo sistema que lo convierte en un gadget servicial y muy inteligente.

Cuando el usuario requiere algo, como poner en marcha Netflix, Spotify u otro servicio, basta con que abra la boca y lo pida. Cuando no esté en funcionamiento, recuperará su espíritu decorativo y se quedará discretamente oculto entre el mobiliario. No es Google, sin embargo, la empresa visionaria que vio en la voz la manera de conducir la domocracia, esa revolución transparente que amenaza con apoderarse de todos los rincones del hogar. Fue Amazon quien lo hizo. Y lo hizo con Echo, asistente físicamente muy parecido al del buscador. Para construirlo el gigante de Jeff Bezos adquirió Alexa, más conocido por su ránking de visitas a webs. A partir de ahí ha ido hilvanando una plataforma que ya obedece a más de 3.000 comandos de voz. La ventaja de Google, por su parte, reside en el increíble conocimiento que tiene de algoritmos y procesamiento del lenguaje natural, algo en lo que lleva trabajando mucho tiempo. Cuenta con una gran división dedicada a ello y lo cierto es que ha mejorado mucho las prestaciones.

La dificultad de la voz es introducirla en los sistemas el uso. El español, salvo excepciones, se habla como se escribe pero existen otros idiomas como el chino, el latín o el zulú, enrevesada lengua llena de chasquidos. Tanto Google como Amazon mantienen lejos de la gran distribución estos inventos. Echo solo se comercializa en EE.UU., Reino Unido y Alemania. No hay fecha para España, como tampoco para Home, que se estrena en América el 4 de noviembre al precio de 130 dólares. El que queda por mover pieza es Apple, primero en apostar por incluir un asistente de voz en iOS, que ha ido migrando desde el iPhone al ordenador de mesa.