España es el segundo país del mundo en penetración de smartphones, solo por detrás de Singapur, y no hay más que viajar en el transporte público o echar un vistazo a la gente que espera sentada en una terraza para darnos cuenta de la simbiosis que hemos desarrollado con nuestros móviles. Sin embargo, la brecha digital está ahí y no solo afecta a las personas mayores. Según una encuesta realizada por Samsung en toda Europa, aunque la pasión e interés por la tecnología aumentan día a día, la industria se enfrenta a un riesgo cada vez mayor de dejar atrás a los consumidores debido a la confusa terminología. Casi tres cuartas partes (el 72 %) de los entrevistados admitieron que con frecuencia fingen saber el significado de los nuevos términos tecnológicos cuando, en realidad, lo desconocen. Entre los españoles, los conceptos que más se nos resisten son streaming (25 %), la nube o cloud computing (19 %) y los wearables (18 %). También despista mucho eso del «Internet de la cosas», y es que mucha gente no acaba de asociar qué demonios tienen que ver frigoríficos y lavadoras con la red de redes. El miedo a parecer ignorante delante los amigos o compañeros de trabajo, o querer impresionar a la pareja son los principales argumentos para tirarse un farol tecnológico. Queremos parecer nerds, aunque no tengamos ni idea de lo qué significa esa palabra.