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Momentos de estupidez «geek»

Javier Armesto Andrés
Javier Armesto CRÓNICAS DEL GRAFENO

OCIO@

07 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Cada vez estoy más convencido de que esta epidemia tecnológica que vivimos en la actualidad es una moda pasajera. En el futuro la tecnología no desaparecerá, pero su presencia será más discreta y nos relacionaremos con ella de otra manera. Un ejemplo del nivel al que hemos llegado es la iniciativa lanzada por la agencia de márketing SrBurns: el primer roscón de Reyes con la figurita geolocalizada. Según esta compañía, «todos los años surge la misma pregunta en los hogares españoles: ¿dónde está la dichosa figurita del roscón de Navidad que te dará un año de buena suerte? ¿Quién no ha intentado alguna vez averiguar la posición pinchando con un cuchillo o levantando un poco la parte superior del roscón?». Para solucionarlo ha creado RosconApp, una aplicación para Android que permite visualizar en el móvil la posición exacta del premio «y ser tú quien encuentre la figurita y no los pesados de tu cuñado o tu suegro». Probablemente la idea no pase de ahí y sea solo una estrategia publicitaria de SrBurns, pero la realidad siempre supera a la ficción. Y así encontramos otros ejemplos de estupidez geek, como Babypod, un dispositivo ginecológico que consiste en «un pequeño tampón altavoz que introducido vía vaginal permite que la música llegue con mayor claridad y nitidez al feto». Esto ya no es una broma: «La mayoría de los bebés reacciona con movimientos de la boca y la lengua. Se consiguen imágenes muy impactantes de bebés vocalizando», dice la firma que lo fabrica, y añade: «Hemos conseguido que los bebés empiecen a comunicarse antes de nacer». Luego no nos extrañemos si, quince años después. no levantan la vista del móvil.