En mayo del año pasado, Google compró la compañía Quest Visual, creada en el 2009 por el brasileño -nacionalizado norteamericano- Otavio Good y que en ese momento solo tenía un producto en cartera: Word Lens, un software que permite al usuario traducir un texto impreso con solo dirigir la cámara hacia él. El precio de la adquisición no fue facilitado, pero, por muy alto que fuera, ya está amortizado. Desde ayer cualquier usuario con un dispositivo iOS o Android puede hacer magia con su móvil. Google ha actualizado su popular aplicación Traductor y ahora se puede ver automáticamente sobreimpresionada en la pantalla del smartphone la traducción de cualquier frase que enfoquemos con la cámara. El texto aparece en tiempo real y en el mismo lugar que ocupa el original, dando una sensación de realidad virtual. De momento traduce desde inglés a castellano, francés, alemán, italiano, portugués y ruso (y viceversa). El viejo sueño de la mayoría de los españoles, vivir sin necesidad de aprender idiomas, ya es posible.