A pesar de la polémica tras la denuncia del fotógrafo David Slater, la autoría del «selfie» del mono seguirá siendo del mono y, por tanto, de dominio público
23 ago 2014 . Actualizado a las 03:48 h.Punto final de la disputa: el selfie del mono es del mono, y no hay más vueltas que darle. Así lo ha determinado la Oficina de Copyright de Estados Unidos tras la denuncia del fotógrafo británico David Slater. En una resolución publicada el martes y recogida por Los Ángeles Times, la oficina explica que solo registrará obras creadas por seres humanos.
De esta forma, la imagen del macaco que tiene publicada Wikimedia libre de derechos mantendrá la misma categoría. «Lo producido por la naturaleza, los animales, las plantas o supuestamente creadas por seres divinos o sobrenaturales no cuentan como obras con derechos», explican desde la Oficina de Copyright que ha colocado el selfie del mono en el mismo apartado que un mural pintado por un elefante.
El fotógrafo británico reivindicó la propiedad de esta fotografía en la que se ve un primer plano perfecto de un sonriente mono que le había quitado la cámara durante un reportaje en Indonesia en el año 2011. «La imagen me pertenece. Pero como fue el mono el que pulsó el botón y tomó la foto, desde Wikimedia dicen que el titular de los derechos de autor es el mono», explicaba David Slater a principios de agosto sobre tema del selfie del mono. Por ahora, no hay replica, ya que la resolución de la Oficina de Copyright no reza exclusivamente sobre este caso.
Katherine Maher, portavoz de Wikimedia, explicaba a primeros de agosto a AFP que bajo la ley estadounidense el selfie del mono no pertenece a David Slater. «Bajo las leyes estadounidenses, los derechos de autor no pueden estar en manos de algo no-humano. En este caso particular, los derechos de autor no pertenecen a nadie y el archivo es de dominio público. No pertenece al mono pero tampoco al fotógrafo», argumentó Maher.
Desde hacía dos años David Slater reclamaba que se retirara el selfie del mono de la mediateca Wikimedia Commons, que ofrece la descarga gratuita de 22 millones de archivos (sonidos, vídeos, imágenes) libres de derechos. Esta historia se conocía cuando la Fundación hizo público a primeros de agosto su primer informe de transparencia en el que enumera las demandas de supresión de archivos por diferencias sobre los derechos de autor.