El Valle Inclán sorprende a María Canosa con teatro de papel japonés

Bea Abelairas
B. abelairas FERROL

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Los pequeños de cuarto de Primaria representaron «Rubicundo» ante su propia autora

06 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Pocas veces un autor se lleva una sorpresa como la que se llevó la escritora María Canosa en el colegio Valle Inclán. El martes por la mañana acudía al centro con la intención de hablar y leerles a los estudiantes, pero fueron ellos los que la sentaron en los pupitres y convirtieron el encerado en un escenario con aire japonés en el que representaron Rubicundo. «Encontros nos colexios teño moitos, pero ningún me fixeran un agasallo así. Ademáis nótase que traballaron moito», reconocía ayer la escritora.

La profesora Eva María Veiga cuenta que este libro «foi escollido como lectura recomendada para os alumnos de cuarto de Primaria. Aproveitando esta visita, os alumnos agasallaron á autora cunha interpretación do seu libro que será narrado a través da técnica do kamishibai», explica sobre un teatro japonés muy popular en los colegios nipones y que se usa como recurso para contar relatos, pero también para aprender contenidos de todas las materias. Está formado por un conjunto de láminas con un dibujo en una cara y texto en la otra.

«O noso kamishibai -apunta la docente- foi unha das adquisicións da nosa biblioteca no presente curso, e é algo do que estamos moi orgullosos, posto que é unha ferramenta didáctica que nos permite traballar na mesma actividade, tanto a creación plástica, coas ilustracións, coma a redacción e a lectura, pasando polos idiomas. Cada conto está narrado en diversas linguas, no noso caso: galego, castelán e inglés».

La representación para María Canosa fue en gallego y tuvo detrás no poco trabajo que se recoge en el blog del centro: primero los pequeños se repartieron las tareas, ya que hubo que realizar una adaptación del texto para plasmarlo en unos dibujos. Después se adecuó al teatrillo japonés kamishibai. «Os debuxos eran moi bonitos e o libro ten un final aberto que as rapazas interpretaron, o cal está moi ben», explicaba María Canosa.

Once láminas

En total fueron once las láminas que sirvieron para dar una gran sorpresa a la autora gallega y que sobre todo fomentaron una semana de trabajo repleta de ilusión que tuvo como recompensa el aplauso de la autora de la obra.