Lo tuyo es puro teatro

juan ordóñez buela DESDE FUERA

BARBANZA

11 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

S iempre me ha costado entender a esos jugadores que al recibir un golpe o incluso sin haberlo recibido y solo por el hecho de que aparentemente pueda parecerlo, se retuercen en el suelo. Además, a medida que intenta implantarse el fair play, mi incomprensión e indignación van en aumento respecto a las acciones de farsante que acaban provocando que el partido pierda todo su ritmo. ¿Qué porcentaje de los jugadores que por momentos parecía que sufrían una lesión importante y que han obligado a para el juego han acabado realmente lesionados? La respuesta la conocemos todos.

Las razones para hacer ese teatro son varias y solo alguna tiene justificación. Por un lado figura la búsqueda de una sanción para el rival en forma de falta o de tarjeta. Otra puede ser que un futbolista, muy fatigado, pretenda recuperar el aliento fingiendo una lesión. Es cierto que algún golpe puede incapacitar momentáneamente, pero en la mayor parte de los casos se podría seguir jugando. El agua milagrosa es un mito.

Recuerdo una anécdota de Camacho. En una jugada por la banda a la altura de su banquillo, un jugador del Real Madrid le entró a un rival, se dio un golpe importante y todos nos dimos cuenta de que había salido muy mal parado. El rival, que escapaba indemne, siguió su progresión y Camacho, que tenía a sus pies al jugador, acabó gritándole: «Levántate ya, que solo es dolor».

Los jugadores que se desentienden del juego para hacer teatro no llegan a poseer la mínima dignidad profesional que se les debe exigir. Puede ser un problema de educación, pero no lo soporto. Escribiendo este artículo me vienen a la cabeza algunas imágenes que me impactaron en su momento. Recuerdo a jugadores que estando el rival con el balón dentro su área preferían tirarse al suelo que ayudar a sus compañeros para eliminar esa acción de peligro.

Quizás en su formación les faltó una conversación con su entrenador en la que le dijeran al tirarse sin motivo: Lo tuyo es puro teatro.