«¿Cómo puedo evitar a los gorrillas?» Este es el título de un decálogo elaborado desde del blog de Seguros Bilbao y que ha tenido multitud de entradas en la red porque muchos conductores no están por la labor de pagar. «Los gorrillas existen desde siempre. ¿Cuál es el problema? Que piden propina por aparcar y muchas veces bajo amenazas de rayar tu coche. Algunos hasta piden por vigilar el vehículo en horario de parquímetros», dice el artículo que, luego, ofrece una serie de consejos para evitar a los aparcacoches. Son estos.
Finge que hablas por el móvil.
Si ves venir a un gorrilla, es una buena opción que cojas el móvil y simules estar hablando unos cinco minutos, siempre sin mirarlo. No tendrá paciencia y acabará buscando otro coche.
Fingid una gran discusión.
Si vas acompañado, también puedes aprovechar la ocasión para hacer un poco de teatro y simular una discusión agria. Si se atreve a acercarse cuando salgáis, siempre os lo podréis quitar de encima mostrándole cara de enfado.
La técnica del no entiendo.
Haz ver que no entiendes el español y contéstale muy serio en cualquier idioma cuando se te acerque a cobrar. Las barreras idiomáticas resultan, a veces, eficaces.
El conductor indeciso.
¿Y por qué no hacerles correr un poco? Imponle al gorrilla una sesión de entrenamiento de runnig particular. Tan solo tienes que salir del hueco de aparcamiento que hayas encontrado en cuanto lo veas acercarse como si fueras buscando un sitio mejor. Cuando le hayas hecho hacer unas cuantas carreras, comprobarás que se agobia y busca otro sitio donde seguir haciendo los mismo. ¡Uno de los trucos más efectivos!