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Una planta experimental de compostaje transforma en fertilizantes residuos de granjas avícolas, porcinas y restos de podas

Javier Benito
javier benito LALÍN / LA VOZ

GANADERÍA

miguel souto

La instalación, abierta en Silleda por el gran peso de las explotaciones de pollos y cerdos en la comarca del Deza, está procesando cinco toneladas de deshechos

27 jun 2019 . Actualizado a las 10:42 h.

Encontrar una salida sostenible y rentable a los residuos que generan las explotaciones avícolas y porcinas se puede convertir en una realidad a corto plazo. De esta forma, se hallaría una solución a uno de los principales quebraderos de cabeza de los ganaderos gallegos dedicados a estas dos especies. Al ser la comarca de Deza una de las que concentra mayor número de productores, se escogió Silleda para lanzar un proyecto de valorización de residuos agrarios. Los resultados definitivos de la iniciativa se conocerán en octubre, pero las previsiones de sus promotores, que daban a conocer ayer un primer avance de lo que están realizando, resultan ya optimistas.

Este plan experimental fue promovido por la Asociación de Desenvolvemento Odega junto a la Federación Galega de Medio Ambiente (Fegama) y la Universidade de Santiago de Compostela (USC), con la colaboración del Concello de Silleda, que cedió una parcela de su propiedad para instalar la planta de tratamiento de los purines para generar compost. Cuentan con financiación al 100 % de la Unión Europeo a través del programa Feader, acogiéndose a la línea de ayudas abierta por la Xunta en el 2017. El desarrollo de esta iniciativa, a dos años, dispone de un presupuesto que roza los 100.000 euros. En esa partida se incluyen desde las propias instalaciones a las analíticas constantes asociadas a la producción del compost, traslados o personal, entre otros como el volteo periódico del material, los controles de temperatura y PH.

Los promotores de la idea muestran las balsas donde están realizando el compost
Los promotores de la idea muestran las balsas donde están realizando el compost miguel souto

Como explica Carmela Padín, técnico de Odega, los residuos generados en las explotaciones ganaderas se convierten para sus dueños en un problema, buscándose con este programa un tratamiento alternativo de valorización para convertir «nun produto de alta calidade e con beneficio económico» ese material de desecho. En la planta experimental silledense se emplazó una pila de unas cinco toneladas de restos de gallinácea de explotaciones intensivas avícolas y también de purines porcinas, junto con material de podas de parques y jardines para compostar de forma conjunta. Tras el verano confían en conocer los resultados, con datos físico-químicos del producto resultante para determinar en qué cultivos podría emplearse como fertilizante.

Gestión por los ganaderos

El resultado de esta experiencia también debe determinar si se puede extrapolar como modelo sostenible a nivel económico, posiblemente a través de agrupaciones de ganaderos para crear plantas comunes de tratamiento. En principio, se podrían recortar los costes de gestión de los purines, recortando así los gastos de producción en las explotaciones, en especial las de pequeñas o medianas dimensiones que ahora deben contratar camiones para su recogida. Otra vertiente positiva de prosperar esta fórmula radica en la disminución del impacto de estos residuos en la contaminación de aguas y terrenos.

En esta planta experimental se están tratando cinco toneladas de residuos ganaderos y de poda, pero tiene capacidad para procesar doce al año. «É pequena porque só pretendemos evaluar a viabilidade do proxecto, pero ampliala non suporía un gran custe», apuntó Carmela Padín. Destacó además que ese tratamiento alternativo por parte de los ganaderos convirtiéndose en gestores les permitiría no solo deshacerse de ese material molesto sino también generar ingresos extra.

Cifró en torno al euro el precio que les abonarían por cada kilogramo de compost producido. La elección de Deza para este proyecto radica en ser una de las comarcas con mayor densidad de explotaciones, con 200 avícolas y una media de 25.000 unidades cada una, junto con granjas porcinas que cuentan con unos 135.000 ejemplares para producción cárnica y en torno a 7.000 cerdas reproductoras.

Iniciativa pionera en Galicia que también incluye el tratamiento del agua para regar cultivos

Este proyecto de valorización pionero en Galicia incluye además un sistema de lagunaje híbrido para el tratamiento y decantación de esos residuos ganaderos. La parte acuosa, mediante plantas depurativas, permite destinar el líquido a su reaprovechamiento para la elaboración del compost o para regar campos de cultivo. El resto, más sólido, se acumula para su retirada mediante sistema de bombeo. El producto obtenido se prevé idóneo para la recuperación de suelos forestales degradados o para cultivos forrajeros.

Otra cuestión relevante desvelada en la presentación de ayer radica en que no se requiere una gran superficie de terreno para la instalación de este tipo de planta de tratamiento, lo que abarata costes. Además, solo se emplean materiales biológicos para compostar, vegetales y los residuos ganaderos.

El responsable de Fegama, Félix Porto, agradecía la colaboración prestada por el Concello de Silleda para emplazar esta planta experimental en un terreno de su propiedad, además de confiar en que los resultados tras el verano defiendan la viabilidad de este tipo de proyecto y extenderlo a las principales comarcas ganaderas de Galicia. Además, incidió en que, al margen de que pueda generar empleo, puede suponer que no se pierda con ganaderos desalentados con los costes de producción, entre los que figura desprenderse de ese tipo de residuos. «Pode axudar a paralizar a desertización do rural», significó Porto.

El alcalde de Silleda, Manuel Cuíña, por su parte, se congratuló de que su municipio acoja esta iniciativa para buscar soluciones a un grave problema para los ganaderos. También espera que el balance resulte positivo para encontrar una solución definitiva en el tratamiento de esos residuos. Y recalcó, tras las consultas vecinales en la zona de Ponte donde se ubica la planta por temor a malos olores, que no se recibió ninguna queja. «É un proxecto limpo», recalcó.