Las lentillas se convierten en la nueva amenaza de los ecosistemas marinos

Mikel venys / m. f. REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

STEFAN HENDRICKS | Afp

Gran parte se desechan por el váter y terminan fragmentándose en microplásticos

29 sep 2018 . Actualizado a las 18:28 h.

Cien mil mamíferos marinos mueren cada año por la ingesta de plásticos. Más de un millón de aves marinas corren la misma suerte, y entre el 40 y el 60 % de las tortugas de mar poseen esta sustancia en sus estómagos. Diferentes organizaciones naturalistas llevan años alertando sobre las consecuencias negativas que conlleva arrojar elementos de plásticos al mar. Ahora, un estudio llevado a cabo por la Universidad del Estado de Arizona pone en evidencia los peligros de tirar las lentillas por el váter o el lavabo. Según el análisis, 45 millones de personas en Estados Unidos utilizan lentes de contacto, y entre el 15 y el 20 % de ellas las tiran por el inodoro. Los últimos datos en España hacen referencia al año 2013, y dicen que 25 millones de personas utilizan gafas o lentes de contacto. «Son plásticos que tardan mucho en llegar a descomponerse completamente. Se fragmentan en trocitos muy pequeños llamados microplásticos que tardan décadas en biodegradarse», cuenta Massimo Lazzari, investigador del Ciqus. «De esta manera terminan en los estómagos e intestinos de una gran cantidad de especies», añade. Aunque los principales dañados son los seres vivos marinos, este problema afecta también a los humanos. «Desde el plancton y el citoplancton, el último elemento de la cadena trófica es el ser humano. Pescados, mariscos y bivalvos ya están comiendo microplásticos, o por lo menos parte de sus productos químicos. Al comerlos nosotros, también los ingerimos », dice Julio Barea, responsable de campañas en España de Greenpeace. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) realizó recientemente un análisis en 102 alimentos de origen marino entre los que se encontraban sal, moluscos (mejillones, almejas y chirlas) y crustáceos (langosta, gambas y langostinos). El 68 % de las muestras contenían microplásticos, principalmente microfibras y microfilms. Otro de los problemas es la sedimentación. «Los microplásticos que flotan se acumulan y sobre ellos crecen numerosas bacterias. De esta manera recorren distancias muy largas», cuenta Lazzari. Los que no lo hacen, aproximadamente el 70 %, terminan el fondo del mar, obstaculizando el paso de la luz e impidiendo el crecimiento de la flora marina.

100.000 mamíferos marinos mueren cada año debido a la ingesta de plásticos «Hay plásticos en todo tipo de cosméticos. Algunos no son contaminantes pero actúan como caballo de Troya. Sus propiedades poliméricas absorben metales pesados e hidrocarburos», asegura Suso Gago, investigador del Instituto Español de Oceanografía. «El problema es que la gente piensa que los baños son cloacas donde podemos tirar todo tipo de objetos y no es así», añade. Al ser de un tamaño tan reducido, las depuradoras no pueden detenerlas. Sin embargo, la acumulación excesiva de plásticos en las plantas de filtración podría derivar en el bloqueo de estas.

Botellas de plástico, cápsulas de café, pajitas de refresco, bastoncillos para los oídos y muchos otros elementos de plástico han tomado los mares, convirtiéndolos en su principal vertedero. En España, el Gobierno planea prohibir la distribución de bolsas de plástico a partir del 2020 para intentar reducir al máximo su consumo.