La vacuna anticolesterol, la esperanza para evitar tomar la pastilla diaria

Raúl Romar García
R. Romar REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Santi M. Amil

La ciencia ensaya más de 140 fármacos contra el LDL como alternativa a las estatinas, entre ellos varios inyectables

21 jun 2017 . Actualizado a las 07:12 h.

La sana «tiranía» de las estatinas podría tener los años contados. La generación de fármacos surgida hace casi treinta años fue y es clave para reducir los niveles de colesterol malo en la sangre (LDL), lo que ha contribuido a reducir de forma notable la mortalidad cardiovascular, pero ahora está preparada para empezar a tomar el relevo a medio plazo un nuevo tipo de medicamentos más potentes. Son los llamados oligonucleótidos sin sentido, pequeños fragmentos de ADN utilizados para engañar los circuitos de metabolismo del colesterol y evitar que los lípidos se acumulen en sangre y bloqueen las arterias. Hay más de 140 fármacos en desarrollo, en distintas fases y de diferentes líneas, basados en este principio. Entre ellos se encuentran los inhibidores de la proteína PCSk9, la que permite al LDL concentrarse en la sangre. Este mecanismo de acción es el empleado por la Universidad Clínica de Viena para desarrollar la bautizada como la primera vacuna contra el colesterol. Es, en realidad, un fármaco inyectable, pero que libraría a los afectados, fundamentalmente a los que presentan hipercolesterolemia familiar, de la pesada rutina de tomarse una pastilla diaria. Esa es su enorme ventaja, ya que con una administración inicial de tres o cuatro dosis y luego una de recuerdo al año bastaría.

Dos ya comercializados

El medicamento se probó con éxito en modelos animales -en los que se demostró que se reducía la cantidad total de colesterol en un 53 % y se disminuía en un 64 % el daño a los vasos sanguíneos- y se está ensayando su seguridad en un grupo de 72 voluntarios. No es, sin embargo, el único en su género. «Hay otros dos inhibidores de este tipo que ya están aprobados y comercializados en España. Son fármacos inyectables tremendamente potentes que reducen en más de un 50 % los niveles de colesterol, aunque hay que inyectarse cada quince días o una vez al mes», explica Diego Bellido, Coordinador de la Unidad de Endocrinología y Nutrición del Complejo Hospitalario Universitario de Ferrol, quien recuerda que los nuevos avances llegarán después del hallazgo de familias con mutaciones genéticas que no producían enfermedad cardiovascular.

«En España ya hay fármacos para el colesterol que se inyectan cada 15 días. Y habrá más»

La nueva vacuna, si pasa todos los controles, aún tardará seis años en estar disponible. Es el cálculo realizado por el médico Guenther Staffler en la revista científica European Heart Journal, donde se han presentado los avances del nuevo tratamiento.

José Manuel Cabezas, médico adjunto en el servicio de Endocrinología del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS), también mantiene la prudencia. «Esta vacuna -dice- aún está en pañales, porque, primero, tiene que demostrar que es segura a largo y, lo que es más importante, que es efectiva para reducir eventos cardiovasculares como el infarto, ya que ha ocurrido con inhibidores de otro tipo que sí servían para reducir el colesterol malo y elevar el bueno, pero que no valían para disminuir la mortalidad cardiovascular».

En todo caso, considera que si el fármaco inyectable sale adelante supondrá un paso muy importante, ya que «facilitará y mejorará la adherencia al tratamiento». Con las pastillas basadas en las estatinas, que reducen el colesterol malo en un 30 %, ocurre que es necesario tomarlas todos los días y de por vida, por lo que muchas personas no siguen adecuadamente la terapia. Es lo que les puede suceder a los afectados por hipercolesterolemia familiar, a los que los tratamientos preventivos basados en una dieta equilibrada y en el ejercicio físico no les llega para reducir el colesterol malo. Necesitan un medicamento diario y, para ellos, su esperanza es la nueva vacuna u otras que se están ensayando y que persiguen el mismo objetivo.

«La vacuna aún tiene que demostrar que es segura a largo plazo y que reduce eventos cardiovasculares»

«A los pacientes crónicos es necesario realizarles un seguimiento porque los fármacos continuados durante toda la vida pueden llegar a tener efectos secundarios. Y para ellos puede suponer un gran avance disponer de una vacuna», apunta Rosaura Leis, responsable del grupo de Gastroenterología y Nutrición Pediátrica del CHUS.