Muere el torero de origen gallego Iván Fandiño

La Voz / Agencias

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El matador, de 36 años, no ha superado las heridas provocadas por un toro una plaza de Francia

18 jun 2017 . Actualizado a las 22:01 h.

El torero de origen gallego Iván Fandiño ha fallecido este sábado tras recibir una cornada en la plaza de toros de Aire Sur L'Adour. El mundo del toreo se tiñe en menos de un año de luto de nuevo, tras la trágica muerte de Víctor Barrio en Teruel

Iván Fandiño, casado y con una hija pequeña,  sufrió una gravísima cornada de un toro de la ganadería de Baltasar Ibán, ha informado a Efe fuentes del departamento de comunicación del torero vasco. El torero fue prendido en un quite con el capote, momento en el que trastabilló y, una vez en el suelo, el animal le metió el pitón en el costado. El toro le asestó una cornada de 15 centímetros que afectó a órganos vitales. A toda prisa fue conducido a la enfermería por las cuadrillas y compañeros, a uno de los cuales, el galo Thomas Dufau, pronunció Fandiño sus últimas palabras: «Que se den prisa en llevarme al hospital que me estoy muriendo», según recoge el diario francés Sud-Oest, según recoge EFE.

Fandiño ha estado más de una hora en la enfermería y no fue trasladado al hospital hasta que finalizó la corrida. Durante ese largo tiempo, los doctores que le supervisaron en un primer momento, muy preocupados al no conocer todavía el alcance de la cornada, decidieron sedarle por completo, pues, según palabras de los propios galenos al apoderado de Juan del Álamo, Rui Bento Vasques, que accedió a la enfermería para interesarse por su estado de salud, el diestro pegaba «auténticos alaridos de dolor».

«Que se den prisa en llevarme al hospital que me estoy muriendo»

Después del festejo fue trasladado en ambulancia para recorrer los 33 kilómetros que separan las ciudades francesas de Aire Sur L'Adour y Mont de Marsan, pero Iván Fandiño entró en el hospital «clínicamente muerto», según declaraciones del cirujano que lo asistió en el hospital «Layné» al diario Sud-Oest. Y, aunque no habrá un parte médico oficial hasta este domingo, la fatal cornada afectaba a «hígado, riñón y pulmones». Una muerte que recuerda a la que de Francisco Rivera «Paquirri», que también falleció en la ambulancia que le trasladaba de Pozoblanco a Córdoba.

Aún se desconoce cuando se trasladará el cuerpo sin vida de Fandiño a España, ni donde serán velados sus restos mortales, como tampoco se sabe dónde será enterrado, han referido a Efe fuentes del departamento de comunicación del torero. El diestro vasco había cortado una oreja en su primero en una faena muy aplaudida por una plaza que mostraba tres cuartos de entrada.

Se abrió paso a golpe de afición y sacrificoIván Fandiño que se abrió paso a golpe de afición y sacrifico. Forjado en la capeas de Guadalajara, se enfrentó siempre al sistema y a las grandes casas empresariales de la mano de su amigo y apoderado, Néstor García, con quien trabajó codo con codo desde sus inicios hasta la funesta tarde de este sábado en Francia.

El 25 de agosto del 2005, Iván Fandiño tomó la alternativa en Bilbao con el Juli como padrino, como recordaba hace unos años Pablo Portabales, y en el 2009 la confirmó sobre la arena en la que jamás había toreado un gallego: Las Ventas. Su padre, Francisco, es del municipio de Oza dos Ríos, próximo a A Coruña; su madre, Charo, es de Figueroa, una aldea del concello coruñés de Abegondo. Iván Fandiño dedicó el primer toro a sus progenitores. «Por todo lo que me habéis apoyado», dijo montera en mano, aunque su madre prefirió no ir «porque lo pasa muy mal».

Hace muchos años dejaron Galicia y se instalaron en Orduña, localidad de unos 5.000 habitantes situada a 40 kilómetros de Bilbao, una tierra tan poco pródiga en toreros como Galicia. Allí lo apodaron el Maestro de Orduña, pero cuando se le preguntaba confesaba que se sentía «muy gallego». Sus compromisos taurinos limitaban sus viajes a Galicia, pero le quedaban los inolvidables recuerdos. «Las vacaciones que pasaba de pequeño con los primos son como un sueño maravilloso. La playa de Miño, la empanada, las fiestas, los amigos...», rememoraba.

En su debut en Las Ventas.
En su debut en Las Ventas. BENITO ORDOÑEZ

Segunda muerte de un torero en menos de un año

La muerte Iván Fandiño es la segunda de un matador español en lo que llevamos de siglo. Los últimos fallecimientos de matadores españoles fueron los de Francisco Rivera «Paquirri», en Pozoblanco, Córdoba (1984), José Cubero «Yiyo» en Colmenar Viejo, Madrid (1985) y Víctor Barrio en la plaza de toros de Teruel, en la Feria del Ángel (2016). A escala mundial, un total de 138 profesionales del toro -36 matadores entre ellos- han muerto como consecuencia de las heridas sufridas en plazas, fincas o tentaderos, desde el siglo XX, según EFE.

La primera cornada mortal del siglo pasado ocurrió el 13 de enero de 1907 en la plaza de México D.C. y tuvo como víctima al espada Antonio Montes. Después caerían mortalmente heridas figuras tan relevantes como José Gómez Ortega «Joselito» (Talavera de la Reina, Toledo, 1920), Manuel Granero (Madrid, 1922), Ignacio Sánchez Mejías (Manzanares, Ciudad Real, 1934), Manuel Rodríguez «Manolete» (Linares, Jaén, 1947) y Antonio Mejías Jiménez «Bienvenida» (El Escorial, Madrid, 1975), entre otros.