Una de cada tres playas gallegas con bandera azul carecen de desfibrilador, un equipo presente en el 82 % de los arenales españoles

Raúl Romar García
raúl romar REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

MONICA IRAGO

Solo 73 arenales gallegos disponen de este dispositivo médico

22 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

No es, de momento, un criterio obligatorio para conseguir una bandera azul, pero sí recomendable desde hace cuatro años. Y es un consejo al que se han sumado los ayuntamientos de toda España, que cuentan en 475 playas de las galardonadas con el distintivo internacional que acredita la calidad de los arenales con 475 desfibriladores, lo que supone el 82 % de los lugares donde ondea la enseña.

En Galicia, en cambio, el porcentaje se reduce notablemente con respecto a la media nacional, ya que solo disponen de este dispositivo médico 73 arenales, el 65 % de los que han sido premiados con la bandera azul, según un estudio elaborado por la Universidade da Coruña en el que se analizan los servicios de socorrismo y médico que se prestan en las playas con la insignia azul.

«Si cualquier persona sufre un accidente en la playa, el tiempo medio para llegar a un servicio de emergencia es de diez minutos», explica José Palacios, el coordinador del estudio. La seguridad y la calidad de las aguas son factores que priman en la actualidad para obtener el distintivo, pero la atención sanitaria, que de forma inicial se presta en los servicios de socorrismo, es otro de los valores en alza.

«El pasado verano fueron ocho las personas que sufrieron paradas respiratorias en las playas y, de estas ocho, seis llegaron a rehabilitarse en la propia playa gracias a los desfibriladores, lo que habla de la importancia de estos equipos que salvan vidas», destaca José Sánchez Moro, presidente de Adeac, la asociación que concede las banderas azules en España.

Reforzar la seguridad

Para reforzar la seguridad de los bañistas la Adeac realizará este año, en colaboración con la Fundación Mapfre, setenta acciones de formación dirigidas al público en general para prevenir ahogamientos y situaciones de riesgo. También se enseñará a los bañistas a reanimar a alguien que haya sufrido una parada cardiorrespiratoria. «Pretendemos llegar a 70.000 personas», señala Sánchez Moro de una iniciativa en la que también colabora la Sociedad Española de Cardiología.

Según el estudio de la Universidade da Coruña, el 30 % de las playas españolas cuentan con diplomados en enfermería y un 18 % con médicos.

En el caso de Galicia, el cien por cien de los arenales con bandera azul tienen socorristas con contrato laboral; el 97 %, con puntos de atención primaria con agua caliente y fría, camilla fija y mascarillas, mientras que el 96 % disponen de equipos de oxigenoterapia. El pasado verano vigilaban las playas gallegas una media de tres socorristas, una cifra que se mantendrá este año.

«Aconsejamos a los ayuntamientos que contraten cuanto antes a los socorristas, que no esperen a julio, porque si no, se irán a trabajar a otras comunidades, donde son muy apreciados», destaca el profesor de la UDC José Palacios.