Alerta por la llegada a España del juego Ballena Azul, que invita al suicidio

María Cedrón REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

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El ingreso en el hospital de una menor en Cataluña pone en guardia a educadores y sanitarios gallegos

29 abr 2017 . Actualizado a las 11:21 h.

Rusia llevaba tiempo en guardia. Y lo mismo fueron haciendo en los últimos días los gobiernos de países como Brasil, Bolivia, Colombia, Chile o Uruguay después de detectar el suicidio de varios jóvenes que participaban a través de Internet en un peligroso juego llamado Blue Whale (Ballena Azul). A ese grupo de estados se sumó ayer España después de que trascendiera el caso de una menor catalana de 15 años que había ingresado en un hospital del entorno de Barcelona debido a las heridas que se había proferido tras haberse convertido en una «ballena». Con ese nombre los administradores del juego apodan a los participantes al compararlos con los cetáceos de esa especie que, al envejecer, acaban varados en las playas donde acaban muriendo.

En el caso de la adolescente catalana fueron sus amigos los que advirtieron a la familia de que estaba enrolada en ese inquietante desafío. El peligro que corría fue comunicado a los Mossos de Escuadra, que empezaron a vigilar a la muchacha, evitando un desenlace fatal.

«Queremos alertar de la existencia de este juego en prevención de que, dada la alarma social generada, la facilidad de llegar a todos los contenidos por parte de cualquier internauta, y en especial la curiosidad que genera lo desconocido en los menores, pudiera llegar a los adolescentes en España», alertó ayer la Unidad de Delitos Telemáticos de la Guardia Civil en un comunicado. De hecho, reconoce haber detectado algún «caso aislado» en España que «podría estar relacionado con el peligroso juego». Lo que no explican es dónde los han hallado.

En Galicia, tanto educadores como sanitarios dedicados a tratar con menores o adolescentes con tendencias suicidas, desconocían ayer la existencia de este juego más allá de lo que habían oído en la prensa. Tampoco eran conscientes de ningún caso en la comunidad porque, como dijo el responsable de la Sociedad Galega de Psiquiatría y jefe de servicio del Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac), Manuel Serrano, los supuestos de tendencias suicidas que vemos en la consulta están más relacionados con otro patologías como puede ser la anorexia. 

En guardia

Pero el caso catalán les ha puesto en guardia. «En los centros educativos la Policía Autonómica hace charlas para prevenir los peligros que encierra la red», apuntan fuentes de la Consellería de vicepresidencia.

Fuentes de la Fundación ANAR, a cuyo teléfono llaman adolescentes o padres desesperados porque sus descendientes se autogolpean, dijeron que no habían respondido a ninguna llamada relativa a las consecuencias derivadas de este juego. Tampoco se han atrevido a hacer una radiografía de quiénes podrían caer porque carecen de datos.

Lo que explica la Unidad de Delitos Telemáticos de la Guardia Civil es cómo los administradores logran manipular a los menores convertidos en ballenas. «Los responsables de este juego, expertos en ingeniería social, gozan de la capacidad de manipular a cada víctima con la información que obtienen previamente a través de sus perfiles de las redes sociales. Esos datos pueden ser usados luego para amenazar al menor y evitar que abandone la actividad».

Además dan una serie de consejos dirigidos a los padres para ayudarles a detectar cuando sus hijos podrían haberse enrolado en esa peligrosa aventura en la que hay que realizar 50 retos en 50 días. Pueden ser desde hacerse «cortes en el cuerpo realizando inscripciones o dibujos, cortarse el labio, ponerse tendido en el vacío, estar despiertos varios días, ver películas de terror durante horas...». La última prueba es lanzarse al vacío desde un inmueble de gran altura.

Por eso piden a los padres que comprueben los usuarios con los que contactan en Internet, los grupos que frecuentan y, sobre todo estar atentos a cualquier actitud extraña o cortes que puedan presentar. Además, mucho ojo en caso de que dibujen ballenas.