Más de 600 marchas para apoyar la ciencia frente a la creencia

r. r. REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Marchas por la ciencia convocadas
La Voz

«Nos empezamos a dar cuenta de que no podemos seguir en nuestra torre de marfil», advierte una investigadora gallega

22 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

«Por primera vez en la historia nos estamos empezando a dar cuenta de que no podemos seguir encerrados en nuestros laboratorios, en nuestras torres de marfil, sino que debemos, literalmente, salir a la calle». La neurocientífica gallega Susana Martínez-Conde predicará con el ejemplo y hoy, al igual que toda su familia, será una de las participantes en la Marcha por la Ciencia. Estará en Nueva York, sede de una de las más de 600 manifestaciones que se celebrarán en todo el mundo para denunciar el recorte de los fondos de investigación y para defender la verdad científica, basada en la evidencia, contra la creencia y las suposiciones, una amenaza que ha instigado Trump y su administración. De hecho, la marcha surgió en Estados Unidos, pero se ha convertido en un fenómeno global.

En Nueva York también estará el investigador vigués José Manuel Alonso y su familia para demostrar con su presencia que «una gran parte de la sociedad valora el proceso científico y el avance de nuestro conocimiento a través de hechos comprobados y no conjeturas y mentiras». Tanto Susana, como José Manuel o Carlos Sierra están convencidos de que existe el riesgo del menosprecio de la ciencia. «Secundaré la marcha -explica Sierra- para poder seguir luchando contra los efectos del cambio climático, encontrar nuevas terapias contra las enfermedades neurodegenerativas y el cáncer, reducir el impacto de las enfermedades cardiovasculares, buscar nuevas formas de energía...». Son objetivos ahora comprometidos por Trump. «Es obvio -alerta- que la ciencia no va a desaparecer, pero el riesgo de que se sustituya la evidencia por la creencia es muy real». «Si la evidencia se sustituye por la creencia, la ciencia desaparece. El riesgo es real y se está manifestando en el desmantelamiento de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) y en la negación del calentamiento global», apuntilla Alonso. Hay otros ejemplos, como la propuesta para obligar a la FDA a hacer menos estrictos los controles clínicos para sacar fármacos al mercado, o el proyecto para recortar en 6.000 millones el presupuesto de los Institutos Nacionales de la Salud.

El microbiólogo coruñés César de la Fuente, que trabaja en el MIT, apoyará la marcha desde Boston. «Creo que es fundamental -dice- reivindicar el papel de la ciencia y la innovación en la sociedad, aunque es extraño que se tenga que hacerlo, porque los grandes avances de la sociedad derivan de la ciencia». Y también alerta sobre los hechos alternativos para explicar la realidad. «En ciertas escuelas de EE.UU. -añade- se enseña el creacionismo y hay un movimiento de negación de la teoría de la selección natural de Darwin». «Vivimos en una época -alerta Martínez Conde- en la que los datos científicos se consideran en determinadas esferas políticas como opiniones subjetivas. Y no todo vale».