Westinghouse echa el freno

SOCIEDAD

ERIK S. LESSER | Efe

Cuando las deudas amenazan al padre de los reactores nucleares, vale la pena recuperar  la figura de su fundador, un prolífico y visionario inventor

31 mar 2017 . Actualizado a las 18:13 h.

Cuando las deudas y la banca rota amenazan a la otrora poderosa compañía Westinghouse Electric Company, merece la pena recuperar la figura de su fundador George Westinghouse Jr. (1846-1914). Pero antes que como exitoso empresario y hombre de negocios, como prolífico y visionario inventor. Que lo fue, como acreditan las más de 300 patentes que obtuvo durante su carrera.

En 1869, el joven Westinghouse patentó su primera gran invento: un sistema de frenado automático por aire comprimido para los trenes. Que hasta ese momento frenaban de forma manual. A bordo de cada convoy viajaba uno o varios encargados de los frenos que a la señal del maquinista procedían a activar los de cada vagón, saltando de uno a otro, para accionar la correspondiente manivela o palanca. Un sistema del todo ineficaz ya que el procedimiento debía iniciarse varias decenas de Kilómetros antes de llegar al punto de destino -el concepto de frenado de emergencia era ciencia ficción- y no pocas veces los frenadores no se percataban del aviso del maquinista. Además, esta era una profesión de riesgo que se cobraba unos cinco mil operarios al año.

Lo que hizo Westinghouse fue diseñar un sistema de conducciones que conectaba un tanque de aire comprimido con los frenos de cada vagón. De tal forma que cuando el maquinista frenaba, aquellos se activaban de forma automática. Mejor aún, el aire comprimido no empujaba los frenos sino que los mantenía “separados”, de modo que en el caso de producirse una fuga, se bloqueaban por defecto y el tren se detenía, en lugar de perderse su control.

Años después aplicó este principio a los coches ideando un amortiguador de aire comprimido que minimizaba los efectos de los baches y las irregulares pistas por las que se circulaba y hacía la conducción más suave, confortable y segura. En la actualidad muchos vehículos montan suspensiones de aire comprimido inspiradas en dicho sistema.

Su conocimiento sobre los fluidos comprimidos le llevó asimismo a inventar un tipo de válvula para las conducciones de gas de natural que reducía la presión a la que éste era liberado. Convirtiendo así al gas natural -y su bombeo desde grandes estaciones a través de tuberías- en una fuente de energía segura para los hogares.

Después se volcó en la energía eléctrica en un episodio de su vida y obra mucho más conocido debido a la guerra que su compañía, la Westinghouse Electric libró con la de Edison por el control del suministro de la misma. Una ambición que culminaría con la puesta en marcha de la primera central hidroeléctrica del mundo, que aprovechaba la ingente energía liberada por la caída del agua en las cataratas del Niágara para producir la electricidad con la que alimentar a la ciudad de Buffalo, a 35 Km de distancia, en lo que suponía un récord de distancia entre la fuente y el destinatario. También, dicho sea de paso, fue el primero en diseñar una pista de tenis con iluminación artificial.

Eso sí, Westinghouse (el hombre, no el nombre) difícilmente puede ser considerado el padre de las (centrales) nucleares dado que para cuando, en 1938, Hahn, Strassmann, Meitner y Frisch descubrieron y describieron la fisión nuclear; y posteriormente, en 1942, Enrico Fermi y sus colaboradores construyeron el primer reactor nuclear, el bueno de George Jr. ya llevaba unos cuantos lustros bajo tierra.