Fernando Castro Rivas, un vecino de Cervo al que le diagnosticaron en octubre un cáncer colorrectal, se enteró ayer en la sala de espera del servicio de Radioterapia del HULA de la nueva donación de Amancio Ortega
31 mar 2017 . Actualizado a las 08:25 h.Fernando Castro Rivas, un vecino de Cervo al que le diagnosticaron en octubre un cáncer colorrectal, se enteró ayer en la sala de espera del servicio de radioterapia del HULA de la nueva donación de Amancio Ortega. «É marabilloso. É un ben para todos, para Amancio Ortega e tamén para nós». «Mellor que os cartos vaian para curar o cancro que para outras cousas. Na Seguridade Social somos tantos que o sistema se pode chegar a colapsar e están ben axudas desde tipo».
Castro Rivas recibe su tratamiento -le han pautado 25 sesiones de radioterapia y ya le han suministrado 4- en el segundo acelerador lineal del HULA, que empezó a funcionar a principios de este año. Hasta ese momento los pacientes de la zona de A Mariña tenían que desplazarse a A Coruña.
«A Lugo tráeme o meu fillo todos os días, se tivera que ir a Coruña serían 100 quilómetros máis e tería que facer coma outros veciños, buscar un piso para quedarme porque non podería andar na estrada todo o tempo». Su mujer, que también lo acompaña, asegura que el desplazamiento desde A Mariña hasta Lugo le supone un gasto de 20 euros diarios. A ellos, a diferencia de otros vecinos de la zona, con los que coincide en la sala de espera de Radioterapia, no les ofrecieron la posibilidad de ser trasladados en ambulancia.
Su hijo, que es el que conduce el coche en el que viajan desde Cervo, señaló que, además de los aceleradores lineales, lo importante de la donación de Amancio Ortega son los medios diagnósticos. «Localizar los tumores a tiempo puede salvar muchas vidas», indicó.