La Asociación Andrea crea un proyecto para monitorear el pastoreo y limitar los incendios
27 mar 2017 . Actualizado a las 11:37 h.Tradición, medio ambiente y tecnología se dan la mano en Allariz en un original proyecto. El ayuntamiento orensano y la Asociación Andrea se han unido para poner en marcha una iniciativa mediante la cual un grupo de burros que residen en San Salvador de Os Penedos incorporan sistemas de geolocalización (GPS) para monitorizar las zonas de pastoreo, controlar las áreas de tráfico rodado y conocer en todo momento donde se encuentran.
Esta iniciativa novedosa, que aúna las técnicas tradicionales con las nuevas tecnologías, ha sido presentada esta mañana por los responsables del consistorio y la asociación Andrea, que lleva años dedicándose al cuidado de los burros y terapia asistida con estos animales.
Una de las utilidades principales del proyecto es contribuir a preservar limpios los terrenos y limitar así «la incidencia de incendios», todo ello, sin peligro de que se escapen los burros, según explicó el concejal de Medio Ambiente, Benardo Varela. «En cuanto se salen de la valla imaginaria marcada, salta un aviso para acudir al sitio», ha indicado Varela. Otro de los objetivos de este sistema, según explican sus promotores, es saber «qué zonas pastorean más», han apuntado.
Dos fases
La idea de la asociación Andrea comenzó con la recuperación de los terrenos de labrado, y se complementa con esta segunda fase, en la que se incluye la incorporación de GPS en los animales. El presidente de la asociación, David Lema, ha explicado que este sistema permite no solo controlar el pastoreo, «sino que a nivel pictórico es muy interesante ya que por esta zona pasan muchos senderistas» que no ocultan su sorpresa al ver a los burros en este hábitat, catalogado como Reserva de la Biosfera.
Las protagonistas del proyecto, por el momento, son dos burras, líderes de la manada, que reciben el nombre de Blanca (de color claro) y Esperanza, y son las encargadas de llevar los dispositivos. La comunidad de burros que habita San Salvador está conformada por unos diecisiete, algunos de ellos rescatados y otros que ya nacieron en este lugar y que forman parte de una de las razas más amenazadas como son las de las encartaciones.
Una de las curiosidades del proyecto es que esta zona ofrece óptimas condiciones para estos animales ya que necesitan «mucha cantidad de lignina y celulosa», procedente de arbustos, y que es fundamental para que haga bien «su digestión», según explican desde la asociación.. Otro dato curioso es que la presencia del animal «no modifica el entorno», ya que el burro no tira los vallados ni provoca destrozos, como sucede con otros animales, ha añadido.
En esta línea, el concejal ha destacado «la multifuncionalidad» de los burros, que tienen otras muchas tareas además de la que realizan al llevar el GPS. En la actualidad, la asociación realiza actividades de asnoterapia dirigidas a personas con discapacidad (síndrome de down, autismo o alzhéimer) y también se dedica a la elaboración de jabón con leche de burra.
Terapias múltiples
Los burros son, según los expertos, grandes mediadores terapéuticos que hacen aún más efectivos los programas de terapias para personas con discapacidad intelectual. «El carácter tranquilo y sencillo de los burros, permite una interacción clara, saludable con ellos. Nos permite trabajar los objetivos terapéuticos de una forma experiencial, contando con la motivación de los usuarios para la realización de las actividades».
Es una virtud más, «si a eso le añadimos que estos animales nos permiten mantener superficies limpias desde un punto de vista respetuoso con el medio ambiente en zonas además de interés medioambiental y arqueológico, poco más podemos añadir, ya que se cierra el círculo», asegura el concejal. Respecto a las dudas a la hora de apostar por el sector primario, Varela ha reivindicado que este proyecto es un buen ejemplo de que se pueden «aunar las nuevas tecnologías con el aprovechamiento tradicional del espacio que tenemos».
Por otra parte, Lema ha reivindicado el pastoreo de los montes con burros ya rehabilitados, iniciativa que ha lamentado que «a nadie le ha interesado» y que sí se está empezando a aplicar «de forma habitual» en otros países como Francia.