Melina Gutiérrez: «Mis hijas entendieron que el bebé que yo llevaba dentro no era nuestro»

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

SOCIEDAD

En Los Ángeles, explica esta madre de cuatro niños, la gente ve totalmente natural la gestación subrogada

18 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El Partido Popular decidió este pasado fin de semana aparcar el debate sobre la gestación subrogada que había llevado a su congreso nacional. Pero que lo aparque la formación que está en el Gobierno no quiere decir que no esté presente en la calle. No hay cifras oficiales, pero algunas asociaciones hablan de que hay unos mil niños españoles que cada año nacen a través de este proceso. Y lo hacen gracias a que hay madres gestantes como Melina Gutiérrez, que vive en Los Ángeles (California) y confía en que pronto sea legal en España.

-¿Por qué decidió ser gestante?

-Lo hice después de escuchar la historia de Patricia y David, que llevaban 18 años tratando de tener hijos. Por otro lado soy una mujer muy fértil, tengo un útero superfuerte y llevé a mis mellizos hasta las 38 semanas sin ningún problema. Su historia me conmovió y decidí ayudarlos. Esto fue hace más de un año, el bebé tiene ya tres meses y está sano y hermoso.

-¿Qué relación se establece con los futuros padres?

-Se vuelve muy cercana, con cariño, empatía y respeto. Cuando estás embarazada te vuelves muy protectora, y estos son los mimos sentimientos de amor y protección, solo que sabes que el bebé no es tuyo. En mi caso le hablada todo el tiempo de sus papás, le decía que era un bebé muy amado, y que pronto conocería a sus papás y a su hermanita, que vino al mundo de la misma manera.

-¿En California se ve como algo totalmente natural la gestación subrogada?

-Acá en Los Ángeles la gente lo ve normal. Cuando en una tienda o en un parque la gente me preguntaba por la barriga y les decía que el bebé no era mío, sino subrogado, la mayoría me felicitaba por estar haciendo algo tan bonito por una mamá. Una anécdota, mi marido trabaja en un hospital y un día lo acompañé a una cita con su doctora. Yo ya tenía un embarazo avanzado y la doctora nos felicitó. Mi esposo, con la cara seria, le dijo: «Pero no es mío», y la doctora me miró y contestó: «No sé qué decir». Yo me apuré a explicarle que era subrogado y ya mi esposo se empezó a reír. Al final nos felicitó por estar gestando al bebé para alguien, y de hecho nos contó que su mejor amiga tuvo a sus tres hijos también a través de una gestante.

-¿Cómo lo lleva su propia familia?

-Tengo cuatro hijos, las dos primeras son de mi primer matrimonio, y mis mellizos de 4 años con mi actual esposo. Mis hijas mayores entendieron perfectamente que el bebé que llevaba no era nuestro, sino de Patricia y David, y mis mellizos son pequeños y sabían que yo llevaba en la barriga al hermanito de Mili (la otra hija de Patricia y David). Mi esposo, a quien al principio le costó aceptarlo, después se portó superbien y me cuidó al mí y al bebé como si fuera suyo. Tengo a un hombre increíble.

-La gestación subrogada ha generado un debate en España, y entre las críticas que se vierten está el hecho de que las mujeres acepten ser madres gestantes por tener dificultades económicas, ¿puede ocurrir?

-En este país no puedes ser gestante subrogada por necesidad, porque para poder hacerlo no puedes tener bajos recursos, y si la mujer recibe por ejemplo ayuda del Gobierno ya no se le permite. Ojalá se legalizara en tu país, porque de esa forma se establecerían todas las regulaciones necesarias. Tanto las personas que quieren ser padres como las gestantes tienen que pasar ciertos requisitos, como un examen psicológico y físico, asegurarse que no tienen antecedentes, y todo lo necesario para asegurar que el bebé venga sano y se vaya a vivir con sus padres a un hogar sano en todos los sentidos.

-¿Solo fue gestante una vez?

-Solo lo he sido una vez. Me hablaron de los padres, me contaron su historia y el hecho de que hablemos el mismo idioma, el español, fue maravilloso para estar en constante contacto. Ellos no hablaban inglés y me contaron cuánto querían a la chica que gestó a su primera hija, pero el hecho de que no hablara el mismo idioma les impidió vivir el embarazo como lo vivieron conmigo, porque soy bilingüe pero el castellano es mi primer idioma.