La capital británica adjudicó al arquitecto español para transformar el espacio conocido como península de Greenwich
04 feb 2017 . Actualizado a las 04:00 h.Londres adjudicó al arquitecto español Santiago Calatrava un proyecto valorado en 1.000 millones de libras (1.166 millones de euros) para transformar el espacio conocido como península de Greenwich, donde está previsto un plan de regeneración que supondrá la edificación durante los próximos años de 15.720 viviendas y el primer gran estudio cinematográfico de la capital británica.
El alcalde de Londres, Sadiq Khan, dio la bienvenida a la primera obra de Calatrava en el Reino Unido, diciendo que se sentía «encantado» de que Londres fuese la ciudad elegida.
«Considero que este proyecto es una síntesis de lo que he hecho durante mis 35 años de carrera», dijo Calatrava durante la presentación. «Tiene un puente (he construido 50) y un centro de transporte (he construido siete), y un espacio público, de los que también he hecho muchos». En el proyecto figuran una nueva estación de metro y de autobús, un teatro, un cine, bares, tiendas, tres torres de oficinas, apartamentos, hoteles y un puente que cruza el río Támesis. Los londinenses saldrán del metro para toparse con un jardín de 25 metros de altura, donde los esbeltos árboles de acero blanco se elevarán hasta un techo acristalado, cubierto con un óculo piramidal. A dos pasos está el O2 Arena, donde millones de espectadores acuden a partidos de tenis y a conciertos de estrellas como Justin Bieber y Adele.
En la presentación no hubo mención a la estación de metro en la zona cero de Nueva York, marcada por los retrasos y su abultadísimo coste, pero tampoco para la reparación del auditorio Adán Martín, por el que Tenerife desembolsó 72,3 millones de euros, el triple del presupuesto inicial. Ni tampoco para el Palacio de las Artes en Valencia, que costó 478 millones, cuatro veces más de lo previsto. La prensa británica celebró el anuncio, pero el prestigioso crítico de arquitectura británico Oliver Wainwright destacó que Calatrava tiene una reputación solo por sus brillantes estructuras blancas de la era espacial, sino también «por dejar un rastro de retrasos, presupuestos inflados y demandas costosas».