Marcela Parga Fernández: «Cambiamos el horario para salir a las cinco y aumentó la facturación el 11 %»

Rodri García A CORUÑA / LA VOZ

SOCIEDAD

PACO RODRÍGUEZ

Esta experta participa hoy en la Fundación Barrié en una mesa redonda sobre la conciliación de la vida laboral y familiar

28 dic 2016 . Actualizado a las 20:49 h.

Ideas claras fruto de la reflexión y coherencia. Es la receta de Marcela Parga Fernández (A Coruña, 1972), abogada y trainer para España de International Coaching Community, para lograr la conciliación de la vida laboral y familiar. Los resultados de la gestoría Parga Fernández S. L. de Sada en la que trabaja la avalan: «Cambiamos el horario para salir a las cinco de la tarde y aumentó la facturación el 11 %. Es la mejor prueba de que la conciliación es posible». Este será el tema de debate hoy, a las 11.30 horas, en la mesa redonda que tendrá lugar en la Fundación Barrié de A Coruña con el título de Conciliación de la vida laboral y familiar: ¿es posible trabajar para vivir? Intervendrán Matilde Massó, profesora de Sociología de la Universidade da Coruña; María Castro, economista y experta en conciliación; Diego Varela, profesor de Economía en la UDC, y Marcela Parga, que apunta que el acto, abierto al público, está organizado por la asociación de becarios de la Barrié.

-¿Es posible trabajar para vivir o tenemos que vivir para trabajar?

-Por supuesto que se puede trabajar para vivir. Lo que más destacaría es que se puede vivir trabajando, mientras trabajas estás vivo. Nosotras en la oficina tenemos una máxima, que disfrutar y trabajar es posible. Mientras trabajamos aprendemos y ayudamos a los clientes, es la vida.

-¿Trabajamos demasiadas horas?

-No somos productivos en las horas que trabajamos. Si lo fuéramos, con ocho horas, o incluso seis, sería suficiente. Tenemos esa cultura del presencialismo, de estar en el trabajo a menudo ocupados en cosas que no definiría como trabajo, sino como otra cosa.

-¿Y cual es la solución?

-Primero, pararte a pensar qué franja horaria, dependiendo del sector, es la más adecuada para atender a los clientes y qué posibilidad tienes de atenderlos bien. Cuando abrimos la asesoría, en el 2002, no nos planteamos el horario, lo establecimos por lo que vimos en el mercado, de 9 a 2 y de 4 a 7. Con el tiempo nos dimos cuenta de que no éramos productivas ni ayudábamos a los clientes. Hablamos con ellos de cambiar el horario y el cien por cien estuvieron de acuerdo, solo nos pedían que los atendiéramos si había una urgencia. Lo pusimos de ocho y media de la mañana a cinco de la tarde y nos turnamos para ir a comer. Esto fue en el 2010, en plena crisis.

-¿Cumplen ese horario?

-Como muy tarde sales a las cinco y media. Empezamos a hacer otras actividades, en mi caso deporte, y eso, además de sentirme mejor, me reportaba clientes. De esto no me habría dado cuenta si no hubiera probado a cambiar. Nos movemos por inercia, sin pararnos a pensar. A veces es cuestión de lanzarse y probar.

-Es el manido horario europeo...

-Tenemos algunos países europeos de referencia, pero no hacemos nada por parecernos a ellos. No se trata solo de trabajar menos horas, sino de ser productivo, que ese tiempo sea de trabajo. Nosotras estamos muy contentas con el cambio de horario.

-Y sus familias también, ¿no?

-Somos cinco mujeres, es una casualidad, y no todas tenemos hijos, pero la conciliación no es cuestión de familia, es un tema de personas que necesitan su tiempo para estar equilibradas. No se trata de que hay mujeres o hay niños, sino que todos necesitamos un espacio para alimentar nuestra esfera personal.

-La mesa redonda de hoy, a media mañana, ¿es para conciliar?

-Es ser coherentes. Invitaría a asistir a todo el que tenga inquietud por reflexionar sobre este tema en el ámbito laboral, que se plantee qué estamos haciendo mientras trabajamos y que la cultura del trabajar y vivir es compatible y depende de nosotros. Hay una falta total de congruencia y por eso queremos ir sembrando una cultura de los hechos. Tengo muchos compañeros que son autónomos y pueden decidir sus horarios, y no lo hacen por inercia. Queremos que se vea que la conciliación es una herramienta para medir la productividad empresarial, para ser rentables. Este no es solo un mensaje positivo, sino que es puro realismo.