La lotería de la Niña, otra campaña para ganar 300.000 euros en nombre de Nadia

a. lorenzo / j. romero REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Atlas TV

El sumario detalla los contactos del padre con un publicista para poner en marcha un sorteo

16 dic 2016 . Actualizado a las 16:48 h.

Cada persona que compra un décimo para la lotería del Niño «tiene 2.969 veces más posibilidades de que le toque el sorteo que de padecer la enfermedad de Nadia. Ella ya ha sufrido la peor de las suertes». Tomando como referencia esta triste estadística, el padre de la niña enferma de tricotiodistrofia preparaba para estas Navidades una campaña de lotería para conseguir sumar más donativos a su causa, una causa que lo ha llevado a ingresar en prisión provisional acusado de un delito de estafa grave, ya que todos los indicios apuntan a que el dinero recaudado para curar la enfermedad de su hija -cerca de un millón de euros- lo invirtió en beneficio propio.

Según recoge el sumario del caso, Fernando Blanco Botana había contactado con un publicista de Madrid para poner en marcha el sorteo extraordinario (y urgente) de la Niña, que quería asociar a la lotería del Niño y con el que se calculaba que los ingresos podrían llegar a alcanzar los 300.000 euros, ya que la mitad de los premios garantizados con los reintegros irían a parar a su cuenta corriente. Para ello, planeaba presentar en distintos medios de comunicación -y contando con la colaboración de varios famosos que ya se habían unido a su causa en ocasiones anteriores- una campaña en la que se hacía hincapié en los aspectos más sensibles de la dolencia de su hija. «Solo existen 24 casos en el mundo» como los de Nadia, el coste anual de los tratamientos «es de 120.000 euros y pese a las numerosas campañas que, con éxito, han logrado recaudar los fondos necesarios para ayudar a Nerea, sus padres necesitan de una solución definitiva y sostenible en el tiempo», o «queremos convertir la mala suerte de Nadia en buena suerte» eran algunos de los mensajes de esta nueva iniciativa, que tenía previsto realizar en colaboración con Loterías Solidarias y la Fundación Help!

La propuesta para la campaña incluso pretendía contar con el dibujante Javier Mariscal para diseñar los décimos, que tendrían un precio de 20 euros y estarían disponibles en todos el país, bautizando la iniciativa como «el primer crowdfunding de lotería solidaria en el que todos compartiremos la ilusión de jugar con Nadia con un pequeño gesto (el 50 % en caso de reintegro)». De hecho, una de las vías de compra sería a través de una plataforma de Internet, que también se encargaría de repartir los premios, «siempre utilizando para ello todos sus mecanismos de transparencia».

La propuesta pretendía crear y popularizar el dominio www.sorteodelniñoylaniña.org y «la base de datos de registros solidarios que se obtengan, que podrían servir para convertir el sorteo extraordinario (y urgente) de la Niña en algo recurrente que pudieraa ser utilizado cada año en apoyo de Nadia Nerea».

Estimación de ingresos

Este nuevo proyecto de Fernando Blanco también iba acompañada de una tabla en la que se estimaban las ganancias que le podría reportar esta lotería en función de los donativos, especificando que durante el proceso de compra se irían «equilibrando la proporción de los reintegros jugados, ofreciendo números con las terminaciones que en cada caso interesen». Según sus cálculos, si se vendían 10 décimos, el total del importe jugado ascendería a 200 euros, el premio mínimo garantizado en reintegros sería de 60 y la mitad de ellos (30 euros) irían destinados a Nadia. De esta forma, si se conseguían despachar 30.000 décimos, la familia de Fernando Blanco recibiría 90.000 euros, y si la cifra de billetes vendidos llegaba a 100.000, las ganancias para los padres de la pequeña superarían los 300.000 euros.

«En el sorteo del Niño se venden 30 millones de décimos en España. Nuestra idea no es invitar a la gente a que juegue más, sino lanzar un mensaje de auxilio a todos aquellos que ya juegan, para que en esta ocasión lo hagan compartiendo su suerte para cambiar la de Nadia Nerea», acababa señalando esta propuesta para seguir sumando ganancias a las cuentas de Fernando Blanco Botana.

Los padres retiraron 600.000 euros, pero las facturas de servicios médicos o farmacéuticos son solo de 2.300

Otro de los aspectos más jugosos del sumario del caso Nadia está en los extractos que han facilitado las dos entidades bancarias donde Fernando Blanco Botana y su mujer, Margarita Grau, tenían las cuentas en las que ingresaban los donativos con los que supuestamente pagaban los tratamientos y fármacos para su hija. Sin embargo, nada más lejos de la realidad a juzgar por la información facilitada por los bancos, ya que de los más de 918.700 euros que reunieron por la colaboración ciudadana, 600.000 fueron retirados para pagar distintas compras y apenas 2.300 iban dirigidos a abonar «facturas correspondientes a servicios médicos y farmacéuticos o a establecimientos de naturaleza similar».

Según la documentación aportada por el Banco de Sabadell, entre octubre del 2012 y del 2016 los padres de Nadia realizaron una serie de operaciones de retirada de dinero, y destinaron 290.392 euros a diversas compras, pagos en restaurantes o adquisición de material informático; mientras que solo 295 euros iban dirigidos expresamente a conceptos médicos y farmacéuticos. Por su parte, en la cuenta que tenían en Banca March aparecen extractos por valor de 198.203 euros de compras en ferreterías, hoteles, restaurantes o supermercados; 17.040 fueron invertidos en lotería; 1.961 en pagos farmacéuticos y 91.405 en retiradas en efectivo «cuyo motivo son gastos médicos. Dinero que el señor Blanco deberá justificar», reconocían desde la entidad bancaria.

Precisamente, la falta de explicación sobre el destino de esta cantidad es uno de los motivos que llevó a iniciar la investigación por un posible delito de estafa, ya que los padres de Nadia podían retirar semanalmente 10.000 euros en efectivo sin justificar en qué lo empleaban. A esto se une la compra de un coche -un Ford Mondeo- por 25.000 euros, el pago del alquiler de la vivienda en la que residían, la adquisición de relojes valorados en 60.000 euros y otros lujos que cargaban en las cuentas donde se recibían los donativos para curar a su hija.