Los dieciocho «no sabe» de la declaración de la madre de Nadia ante el juez

j. r. REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Marga Garau, madre de Nadia, a la salida de los juzgados después de que le quitasen la custodia de la pequeña.
Marga Garau, madre de Nadia, a la salida de los juzgados después de que le quitasen la custodia de la pequeña. QUIQUE GARCÍA | EFE

El magistrado ha pedido la partida de nacimiento de la pequeña y un informe del médico que atendió el parto

13 dic 2016 . Actualizado a las 09:34 h.

Hasta un total de dieciocho veces son las que las palabras «no sabe» o «no sabía» aparecen en el auto que recoge la declaración que la madre de Nadia, Margarita Grau, realizó ante el juez de Lérida el pasado viernes, documento al que tuvo acceso La Voz. A esos «no sabe», hay que añadir también varios «no recuerda» o un «no tenía conocimiento» de asuntos como que vivían de las donaciones que recibían. El discurso de los padres se quiebra y el magistrado sigue investigando. Pidió la partida de nacimiento de la pequeña y un informe del médico que atendió el parto para comprobar que realmente Fernando Blanco y Margarita Grau son sus padres biológicos. Las dudas surgieron, según informa Colpisa citando a El País, durante la declaración de los progenitores, cuando el padre dijo que Nadia es «como una hija». El abogado de la pareja, se defendió ayer diciendo que no hay nada que ponga en duda la paternidad.

El juez solicitó además las cuentas bancarias y otros productos financieros de la fundación que lleva el nombre de la niña y de los progenitores, según Europa Press.

Lo que supuestamente «no sabe» o «no sabía» la madre, como muestra el auto, en el que también explica que dejó de trabajar para cuidar a su hija las 24 horas, es que lo recaudado alcanzaba cerca de un millón de euros ni que habían usado en torno a 600.000. Tampoco sabía cuánto generaba la tienda de vinos que ella atendía alguna vez, cuál era la cuenta de la que sacaba el dinero el marido, cómo viajaba la niña a Afganistán o que el alquiler de la casa se pagaba con el dinero de la asociación. Esto último lo dice en tres momentos diferentes.

No conoce tampoco, como dice, que el abono del coche lo hacían con los fondos del colectivo, que el 6 de diciembre la había llamado su marido y le había dicho que está fuera y que tenía varios teléfonos. Tampoco que le cobraban más de teléfono, que lo que quería su marido era crear un equipo de expertos, que la operación de Huston era mentira. No conoce, según apunta, el valor de los relojes, porque no sabe si son buenos o no.

Tampoco para qué iban dedicados los reintegros de 600 y 800 euros hechos cuando estaban en Mallorca, cuál fue el coste del televisor que tienen en casa, cómo era el nombre de los médicos que atendían a su hija (solo recuerda a Smith Brown y a un belga) o que en la libreta bancaria de la tienda recibían donaciones.