Esparcieron las cenizas de los suyos y volverían a hacerlo sin remordimientos

M. Rey CARBALLO / LA VOZ

SOCIEDAD

ana garcía

Familias de personas incineradas acogen con indiferencia la prohibición de la Iglesia

27 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Si la Iglesia pretendía generar controversia con las normas que esta semana dio a conocer la Congregación para la Doctrina de la Fe, parece que con algunos no lo ha conseguido. El documento que ha hecho público esta semana el Vaticano ha sido acogido con indiferencia por algunas familias gallegas. Dos de ellas, que en su día optaron por esparcir las cenizas de sus seres queridos en la naturaleza afirman que, con casi toda seguridad, volverían a hacer lo mismo a pesar de que la Iglesia, tal y como reza la instrucción Ad resurgendum cum Christo, sostiene que «se le han de negar las exequias».

Julio Díaz falleció en junio del 2004. Había manifestado su voluntad, según recuerda su hijo Diego, de que sus cenizas se lanzaran al río Grande a su paso por la localidad de Baio, donde pasó gran parte de su vida. En aquel momento era teniente de alcalde del concello coruñés de Zas, del que también había sido regidor entre 1992 y 1994, por lo que su funeral fue multitudinario. Tras el entierro, tal como era su deseo, fue incinerado, y después su familia cumplió con el último deseo de Julio.

Su hijo Diego dice que con casi toda seguridad volverían a cumplir la voluntad de su padre, diga lo que diga la Iglesia. «Paréceme ben que poñan as súas normas, como fan todas as entidades, outra cousa é que cada un pode facer o que queira», comenta. Reconoce que a la familia le daría un poco de reparo renunciar al funeral, «polos veciños e os amigos, porque tes que adaptarte ao entorno no que vives, pero o meu pai tampouco era moi relixioso». Cree, sin embargo, que al final pesaría más la voluntad de su padre, porque «se o fixemos, foi por desexo del». Sí comprende que pueda haber gente que tome otro camino. «Eu entendo que a xente que sexa practicante acate esas normas».

En enero del 2015 el pueblo de Cee le rindió un sentido homenaje a Baldomero Cores, el que fue primer letrado del Parlamento de Galicia, académico, cronista oficial de la villa ceense, periodista, escritor, profesor universitario, y un largo etcétera, que falleció en la Nochebuena del 2014 en Santiago. Parte de sus cenizas se esparcieron en el mar de Cee, y parte en la capital gallega, los dos lugares sobre los que giró su existencia. «Baldomero sempre falaba de Cee, do seu mar e da súa xente, e el quería que dalgunha maneira a súa esencia quedase alí», recuerda su viuda, Aurora Lamas. Así, sus seres queridos se subieron a bordo de la lancha Marlín Uno para depositar sus restos para siempre en la ría.

Aurora Lamas reconoce que no le influye mucho esta decisión de la Iglesia, aunque no deja de sorprenderle. «Estráñame moito que antes de sentenciar algo así non se pararan a pensar na cantidade de xente que tomou unha decisión como a que tomamos nós. Baldomero era unha boa persoa, e iso xa o di todo. Non imos ter agora remordementos por lembrar con cariño aos nosos».

Las empresas funerarias reclaman una ley nacional que regule el destino de los restos

La asociación Panasef, que representa a las empresas del sector de los servicios funerarios en España, reclama una ley nacional que regule, entre otras cuestiones, el destino final de las cenizas mortuorias, después de que el martes el Vaticano publicara un documento que prohíbe a los católicos esparcirlas por el aire o el mar así como guardarlas en casa.

Panasef defiende la libertad de creencias religiosas de las familias que solicitan sus servicios y, por lo tanto, respeta la libre decisión de esparcir o no las cenizas de sus fallecidos, pero considera que es necesaria una ley a nivel nacional que lo regule porque, actualmente las normas y las prohibiciones varían de unas ciudades a otras.

«Creemos que esta ley, en la que se debería tener en cuenta el aspecto sanitario de nuestro trabajo, nos permitiría seguir avanzando en la profesionalidad del sector y seguir mejorando el servicio que ofrecemos a las familias», explica el presidente de Panasef, Juan Vicente Sánchez-Araña.

Por su parte, el catedrático de Teología Moral Fundamental y consultor de la Congregación de la Doctrina de la Fe, Ángel Rodríguez Nuño, reiteró ayer la posibilidad de negar el funeral a una persona que haya optado por la cremación, aunque aclaró que solo en aquellos casos en los que esta decisión se haya tomado «por razones contrarias a la fe públicamente reconocidas».