Un niño sobrevive a los osos y al frío tras pasar tres días perdido en la taiga de Rusia

Tserin Dopchut estaba bajo el cuidado de su abuela jugando con los perros y de repente desapareció. Tiene tres años y ahora se ha convertido en un pequeño héroe después de haber sobrevivido durante tres días a las condiciones extremas de la taiga rusa, en la frontera con Mongolia, con temperaturas que por la noche alcanzan los menos cinco grados y bajo la amenaza permanente de los lobos y los osos, que en esta época del año están engordando de cara el invierno y atacan a cualquier cosa que se mueva.

Tserin, que no llevaba ropa de abrigo, se refugió del frío en las raíces de un árbol, donde encontró cobijo hasta que fue encontrado a tres kilómetros de su casa. Tampoco tenía comida, salvo una tableta de chocolate que guardaba en el bolsillo y que se convirtió en su sustento. Pero no había desfallecido, porque cuando acudieron a su rescate pudo reconocer la voz de su tío. Y tampoco perdió la tranquilidad. «Cuando su tío lo abrazó, el pequeño le preguntó si su coche de juguete estaba bien», explicó el jefe de la república de Tuva, Sholban Kara-Ool. «Ahora -añadió-, según la creencia popular, Tserin se convertirá él mismo en rescatador, porque ha demostrado ser muy fuerte para su edad logrando sobrevivir durante tanto tiempo en estos fríos bosques». Los doctores aseguran que el niño se recupera bien.

Su caso es singular, pero no único, ya que hace dos años un niño de cuatro años sobrevivió después de haber pasado 14 días en otro bosque de Rusia.

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